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El agua es un recurso que día a día se torna más importante por la creciente población mundial, sin embargo cada vez disminuye por diferentes causas entre ellas la contaminación; estadísticamente hablando puedo señalar con cifras que aproximadamente unos 4.500Km3 anual que se extraen de ríos y acuíferos, al menos un 65% se emplea en la agricultura, mientras que solo un 8% al consumo humano, tomando en cuenta también que al año se desechan en el mundo unos 300.000 millones de m3 de aguas residuales que también pueden contaminar otras masas de agua no contaminada.
El agua representa una de las limitaciones más importantes que nos impiden desarrollar una buena agricultura y no me refiero solo a la disponibilidad del agua sino también a la calidad del agua que generalmente provoca la salinización de los suelos o enfermedades en las plantas al trasportar microorganismos y en aquellos casos de tener el recurso disponible hacemos mal uso de ella, despreciando un recurso tan importante como el agua.
Existen muchos contaminantes orgánicos e inorgánicos que afectan la calidad del agua, entre ellos se tienen los aportes naturales dados por las lluvias y por la naturaleza del terreno; los artificiales aportados por las industrias, los provenientes de los desechos domésticos y los aportados por los agroquímicos. Estos provocan una serie de modificaciones y alteraciones fisicoquímicas en el agua, que repercuten en la composición, distribución y estructuras de las comunidades que son los que nos sirven como indicadores biológicos. ¿Qué son estos indicadores biológicos? Son parámetros que caracterizan el estado en que se encuentra en este caso el agua. La evaluación de la calidad del agua es un proceso complejo en el cual se tiene que definir lo que se requiere para cada caso de estudio, pero este es otro tema más complejo y poco viable para realizarlo en nuestra pequeña plantación y sin equipos necesarios.
Ahora lo que se refiere a las explotaciones agropecuarias constituyen las principales causas de contaminación de fuentes de agua dulce. Las aguas de lavado de corrales o establos de ganado contienen gran cantidad de materia orgánica que no es tratada antes de ser vertidas en las fuentes de agua. Este tratamiento que puede ser desde lagunas de oxidación hasta sedimentadores para luego ser utilizada como fertilizantes en la propia finca a menudo no se hace, esto llevaría a elevar los costos de producción, a lo cual poco se está dispuesto o por falta de mano de obra disponible.
Una alternativa que se ha empleado con eficiencia son los biodigestores, aunque están enfocados sobre todo a los pequeños productores, granjas integrales o producción familiar, también pueden adaptarse a áreas más extensas, esta alternativa de descontaminación del agua también sirve para aprovechamiento de biogás empleado mayormente en la cocina, una excelente alternativa para la mayoría de zonas donde estos servicios son costosos o imposibles que lleguen al sitio, es decir, se adapta a las zonas donde generalmente se encuentran las siembras, este tema lo trataré en profundidad en otro post.
Siguiendo con el tema, la calidad del agua se refleja en la salud humana, diariamente mueren alrededor de 250.000 personas por consumir agua contaminada, a esto nos llevan las prácticas de producción inadecuadas que permiten enormes fugas en el proceso (salida de insumos de nuestros procesos productivos que no nos permiten reciclar) y que por tanto nos resultan ineficientes en el uso de los recursos y poco rentables a largo plazo, ya que estas salidas causan deterioro, lo que hace al sistema insostenible en el tiempo; esto es un ejemplo totalmente contradictorio a las practicas agroecológicas en los sistemas de producción en armonía con el ambiente.
Dentro de un sistema productivo agropecuario la inclusión de tratamientos de aguas, compostaje de desechos, producción de materia orgánica como lombricultura, nos permiten reutilizar todos los desechos generados y se empiecen a cerrar los ciclos para evitar fugas en el sistema, minimizamos costos en insumos y aportamos algo positivo a la naturaleza para tratar de revertir el daño que se le ha causado por años.
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Si bien la descontaminación por medios de lagunas de oxidación, biodigestores, microorganismos eficientes, plantas acuáticas, estanques de peces no es 100% apta para el consumo humano, bien se puede emplear para lavar los desechos en potreros, como agua para riego en los cultivos o simplemente contaminar menos los cursos de agua donde se verterán.
Termino con algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de regar nuestros cultivos y tratar de hacerlo eficientemente introduciendo los principios agroecológicos a nuestro huerto o jardín, comencemos a crear conciencia de cuidar este importante recurso:
1ro. No regar con poca agua y demasiada frecuencia (exceptuando la fase de semilleros), el riego debe ser profundo evitando el exceso de humedad para evitar enfermedades y lavado de nutrientes.
2do. Evitar regar en horas de altas temperaturas, es mejor hacerlo en horas de la tarde o temprano en la mañana, evitando la evaporación y que la planta aproveche al máximo el riego.
3ro. Conocer las características de nuestras plantas nos ayuda a conocer sus condiciones óptimas y los requerimientos de agua, debemos recordar que existen plantas que exigen más agua que otras, los requerimientos cambian según las etapas del cultivo.
4to. Un suelo rico en humus retiene más agua 1 Kg de humus puede retener hasta 2 litros de Agua.