Pero no pasa nada, podemos tener lo que deseemos porque va a venir a salvarnos el desarrollo sostenible y las nuevas tecnologías. Todo será más limpio, ya están trabajando en ello, lo dan por la tele todos los días y he leído algo en internet. ¡Ya está bien de tanta tontería! ¡Ya vale de tanto “ la vida es wonderful”! #HappyWithMyShit
En mundo en el que todo puede ser sostenible, la agricultura, la pesca, la tala de árboles, el turismo, hasta los diamantes (no es coña, mira esto); podemos comprar cualquier cosa con la conciencia tranquila porque lleva un sello de color verde. ¿De verdad piensas que hay algo de sostenible en un diamante? ¿O en tu teléfono móvil?
Se hacen auténticas atrocidades escondidas por un sello, una certificación o un estudio de impacto ambiental. Aunque a la vista de todos será sostenible y tan contentos. Infelizmente contentos.
Estamos “contentos” mientras 200 especies desaparecen todos los días. Sí, todos los días, hoy 200 y mañana otras 200, al igual que ayer y pasado mañana. Estamos “contentos” mientras la deforestación se cobra 14.000 Ha al día y la desertificación unas 16.000. Estamos “contentos” a pesar de que 4.657 niños mueren al día por contaminación (¡Bah! No son nuestros hijos). Estamos “contentos” porque el desarrollo sostenible está funcionando bien.
¡Joder! Horrorízate y haz algo. Sal de tu comodidad para marcar la diferencia y hacer algo significativo. No basta con que vayas al mercado a comprar productos “eco”. Si realmente queremos que las cosas cambien, vamos a tener que hacerlo nosotros mismos y dejar de esperar a que vengan a salvarnos con promesas y palabras bonitas.
Me voy por las ramas...
¿Qué hay de verdad en el desarrollo sostenible?
La palabra desarrollo tal y como la entendemos implica un crecimiento económico constante, y esto no puede ser sostenible, ya que los recursos que tenemos son limitados. Si reaprendemos el significado de “desarrollo” quizás podamos alcanzar algo tan ambicioso y "desarrollarnos" como especie de forma sostenible. Así que, desde un punto de vista social, debemos cambiar nuestra forma de pensar. Complicado, pero no imposible.
Mientras sigamos midiendo nuestro desarrollo con cosas tan absurdas como el PIB (Producto Interior Bruto), estamos perdidos.
Pero tampoco es suficiente con cambiar nuestra forma de pensar a una mentalidad más conservacionista, si como especie seguimos creciendo al ritmo actual. Por mucho que limitemos nuestra demanda de recursos, ésta seguirá aumentando, y de nuevo repito que nuestros recursos son limitados.
El crecimiento ilimitado de la población y del PIB es imposible, por lo que habrá que cambiar a algo diferente. Existen algunas propuestas alternativas como el “crecimiento cero” o el “decrecimiento”. Estos están basados en los principios de la “economía ecológica”, que toma en consideración variables ambientales y sociales, y destaca las leyes biofísicas que restringen el desarrollo humano. El principio se basa en la Segunda Ley de la Termodinámica: La cantidad de energía de un sistema cerrado es constante y cualquier transformación degrada energía útil convirtiéndola en entropía. O lo que es lo mismo, el universo tiende al desorden, por lo que cualquier actividad económica produce una degradación energética que se traduce en residuos y contaminación (desorden al fin y al cabo), por tanto, la capacidad de la Tierra para proporcionar materias primas y energía para el desarrollo humano es limitada.
Los defensores del decrecimiento creen en el progreso humano sin implicar un crecimiento económico. Para ello proponen un descenso equitativo de la producción y el consumo capaz de promover el bienestar humano y mejorar las condiciones ecológicas a nivel local y global, a corto y largo plazo.
Concluyendo…
El desarrollo sostenible tal y como lo concebimos suena más a utopía que a realidad, ya que lo único que parece importar es el desarrollo en sí, basado en el consumismo y el crecimiento económico. Lo de la sostenibilidad ya se mirará cuando haya tiempo…
Las soluciones que se proponen a ciertos problemas es como ponerle una tirita a quien se ha roto una pierna. Y de paso le añaden la etiqueta de sostenible, que es el equivalente a dar una piruleta al salir de la consulta del médico: “Ya está todo bien”.
Pero en nuestras manos está cambiar esta realidad, así que empieza a pensar diferente y hacer las cosas de otra manera.
Lorena, la farsante eres tú...
Eso puedes estar mascullando después de leer semejante artículo. "Osea, la tía tiene un blog sobre sostenibilidad y critica el desarrollo sostenible. ¡Vaya cara!"
Me explico antes de bajes a los comentarios a ponerme a caer de un burro: creo en la sostenibilidad y en que se pueden hacer las cosas siguiendo sus criterios. Lo que no creo es que las cosas se estén haciendo bien en absoluto, y pienso que nos escudamos en las palabras "desarrollo sostenible" para hacer lo que hemos hecho siempre. Eso es todo.
Ahora es tu momento de ponerme a caldo, dale... ¿O quizás tengo razón?
Si te vas a ir, al menos llévate algo... Envíame la guía
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