En la tele, en la radio, en el periódico, en las marquesinas del autobús, en el buzón de casa, en el email, en el metro y si nos descuidamos…¡hasta en la sopa!. Los anuncios del Black Friday llevan semanas persiguiéndonos y bombardeándonos con que si compramos tal o cual producto seremos más felices, más guapos e incluso más inteligentes…
La primera vez que oí hablar del Black Friday fue cuando me vine a vivir a Madrid y creo que fue el año en el que Amazon tiró la casa por la ventana. Al año siguiente me enteré cuando ya pasó el día. Y al tercer año fui animada por una compañera de trabajo que había encontrado unos super descuentos en la web de una tienda…¡Una y no más Santo Tomás!. Yo, que soy de las que espera a las segundas rebajas por no vivir el agobio de las primeras, y no se me ocurre otra cosa que plantarme un Black Friday en la Puerta del Sol a las 4 de la tarde. Volví a casa a lo “walking dead” con una camisa de cuadros nueva y ningún regalo de reyes comprado.
Reconozco que el Black Friday es una buena oportunidad para empezar a hacer algunas compras de Navidad o, incluso, para conseguir algo a un precio más bajo. Sin embargo, consumir de la forma que lo hacemos no es lógico ni sostenible. Mañana las noticias abrirán con imágenes de cientos de personas empujándose por ser las primeras en entrar en los grandes almacenes o peleándose por llevarse el último televisor de la oferta. Los reporteros entrevistarán a pie de calle a parejas, familias enteras o grupos de amigos que entran y salen de las tiendas con una sonrisa de oreja a oreja por las “grandes compras” que han hecho. Y los titulares de los periódicos nos anunciarán las previsiones de venta de Amazón, Inditex o Media Markt para este año.
Si no necesitas nada quédate en casa, vete a dar una vuelta al parque o ponte una buena peli. Disfruta de tu tiempo y no pases el viernes enjaulad@ en un centro comercial comprando cosas que seguramente no necesitas. Si crees que no serás capaz de dejar la tarjeta en la cartera no te dejes la cabeza en casa, consume de forma responsable y apoya el comercio local. Ahí van algunas alternativas al Black Friday:
#DIASINCOMPRAS
Esta es sin duda la forma más directa de revelarse contra el Black Friday. En España esta propuesta está abanderada por Ecologistas en Acción quién nos recuerda que la felicidad no cabe en una bolsa del centro comercial y que lo importante será promover alternativas que vayan conformando otro modelo para un consumo transformador en los 364 días del resto del año.
#GREENFRIDAY
Si crees que no podrás resistirte a dejar la tarjeta en la cartera hazlo por lo menos de forma responsable y sostenible:
Apoya el comercio local y lo made in Spain
Elige productos que sean sostenibles y estén realizados bajo una filosofía de producción ecofriendly
Evita comprar en las grandes cadenas y multinacionales
Piensa si de verdad lo necesitas antes de comprarlo
Infórmate de dónde viene el producto, cómo se ha producido y cuáles son las condiciones laborales de las personas que lo han fabricado
#GIVING TUESDAY
Es un movimiento global que se celebra el 28 de noviembre, tras la resaca consumista del Black Friday y el Cyber Monday y que pretende sacar el lado más humano y generoso de las personas después de una semana de consumismo masivo. Dede la web de Giving Tuesday de España nos proponen varias ideas para poder participar de esta iniciativa:
Reduce el desperdicio de alimentos
Organiza una recogida de alimentos
Dona, recupera y reutiliza
Organiza una recogida de ropa
Haz una donación