Imagen de portada: Chico en la India con una bici transportando cuero.
El cuero ha sido usado desde que el humano empezó a vestirse siendo ahora una materia prima de comercio global de primer orden, algo que en inglés llamaríamos “comoditie”.
El cuero tiene propiedades aislantes y protectoras y su uso no ha dejado de crecer. Estamos hablando que este año se alcanzará una cifra de negocio en el sector de cerca de cien mil millones de euros.
Una gran parte del cuero producido en el mundo proviene de países como India, China, Brasil, Argentina o Etiopia, además de otros como Italia o España donde su cuero tiene fama mundial.
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Mas de la mitad del cuero es de origen vacuno, pero lo hay también de ovino, de cabra y cerdo. Todos estos no son más que subproductos de la industria cárnica, y además de esto, tenemos la de los animales que se crían para usar sus pieles como la serpiente, cocodrilo, avestruz, ciertos pescados o el canguro.
Yo creo que esta es una diferenciación necesaria de hacer dado que el cuero suscita un gran debate ético y la clave está en el origen del material.
¿Es ético usar un material de origen animal cuando la crianza y muerte de este ha sido para su uso como alimento? Se que es un tema que genera mucha controversia, pero yo creo que si. ¿Que haríamos si no con todo este material? ¿tirarlo a un vertedero?
El problema radica en el masivo consumo de carne hoy en día.
Incluso países que han comido poca carne tradicionalmente, dado que siempre fue un lujo, han incorporado la carne de forma progresiva en su dieta de la misma forma que sus clases pudientes, siempre en aumento, van imitando nuestro estilo de vida.
En occidente hace tiempo que la carne se ha convertido en un alimento básico, usado de forma masiva habiendo perdido esa aura de lujo. Hay países como los EE. UU., Argentina o Brasil, grandes productores ellos mismos, que comen demasiada carne.
Hoy en día la crianza de animales para su consumo se ha industrializado y con ello se han generado prácticas de cría intensiva que produce carne asequible, pero de dudosa calidad y casi siempre llena de tóxicos como antibióticos o incluso hormonas de crecimiento.
Este es un problema inmenso que tenemos por una cuestión ética pero también de salud y de desastre medioambiental. La contaminación que genera la cría intensiva de ganado es así mismo intensiva y en muchos sitios no tiene casi control en sus vertidos o en lo que los animales ingieren (dar una dieta basada en los cereales a los herbívoros es una aberración) o mismo las condiciones de vida de estos animales.
La desforestación o el dedicar una parte muy importante del cultivo de grano para piensos para animales y el enorme consumo de agua son otros problemas graves.
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Una hectárea dedicada a la agricultura es siete veces más productiva que una hectárea dedicada a la ganadería.
Quiero insistir que el problema radica aquí desde mi punto de vista. Cuanta más carne se consuma, más cuero habrá, con lo que seguirá el circulo vicioso.
El cuero (no hablamos ya de ganadería) así mismo tiene otro problema que para mí es el más grave. Su curtido y el impacto medioambiental que genera.
Durante miles de años se ha curtido, proceso necesario para que no se descomponga, con materiales vegetales siendo el material resultante compostable. Desde que se quita el pelo al material este se pasa por prensas para darle una cierta homogeneidad y luego se curte, se le da textura y color, con lo que el cuero podríamos decir se fabrica.
Las estrictas medidas de control medioambiental que tenemos en los países desarrollados han llevado al cierre a tantas y tantas curtidurías.
Desde que el cromo sustituyó a tintes y materiales de origen vegetal en este proceso se logró mucha más eficiencia, pero se generaron unos residuos que si no son debidamente tratados son altamente tóxicos. Los vapores y aguas residuales son simplemente cancerígenos y en muchos países quienes llevan a cabo estos procesos no trabajan en condiciones. Además de cromo hay diferentes ácidos, arsénico y plomo.
Hay hoy en día una vuelta al curtido en tintes y procesos con materiales vegetales, enzimas, polisacáridos… y en la industria se está empezando a organizar para visibilizar estos cambios. Leather Working Group (LWG) es una coalición de marcas, proveedores fabricantes y ONGs que trabaja por un cambio hacia la sostenibilidad en este sector.
Libros encuadernados con cuero de curtido vegetal
También existe la Tanners Extract Producers Federation (TEPF) que trabaja para desarrollar y compartir conocimiento en curtiduría vegetal. Las cosas por fin están cambiando.
Eso si, el dilema ético sigue. Pero para mí el dilema es el de cómo se reduce el consumo de carne y como conseguimos que la crianza de animales sea hecha de una manera más ética. Negar el uso del cuero porque es de origen animal y sustituirlo por PVC o Poliuretano (PU) es salir de un mal para ir a otro. La Industria del petróleo o misma la del algodón genera enormes problemas al mundo animal y al resto del planeta.
Mientras seguimos buscando alternativas, materiales reciclados, corcho, piñatex, etc lo importante es cambiar las malas prácticas medioambientales en un material que nos guste o no, no desaparecerá, el cuero.
– Las ideas y opiniones de este post pertenecen a su autor/a. Slow Fashion Next no se responsabiliza de los contenidos-
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