Propiedades físicas al saponificar:
Dureza: 65.
Burbujas: 40.
Persistencia: 55.
Limpieza: 52.
Acondicionado: 38.
Yodo: 45.
INS: 147.
Para hacer la receta primero tienes que refinar el sebo para convertirlo en manteca. Hemos publicado previamente un vídeo para que sepas cómo hacerlo y lo puedes ver aquí:
Cuando ya tengas la manteca preparada comenzaremos con la preparación del jabón:
Usaremos un sobreengrasado del 0% porque queremos que saponifique toda la grasa, con el objetivo de usarlo para la limpieza doméstica, pero si lo vas a usar para la higiene personal ponle un sobreengrasado mayor (haciéndo los cálculos con la calculadora de saponificación), o añádele un aceite vegetal después de la traza en un porcentaje del 5 o el 8% + vitamina E para retrasar el enranciamiento.
¿Qué necesitamos?
120 g de sebo de vaca refinado.
17 g de hidróxido de sodio (sosa).
40 g de agua.
¿Cómo se hace?
Tomamos todas las medidas de precaución necesarias para trabajar con sosa: guantes, gafas y mascarilla.
Preparamos la lejía: pesamos los ingredientes y añadimos la sosa encima del agua.
Removemos hasta que se disuelva por completo.
Fundimos la manteca hasta hacerla líquida.
Medimos las temperaturas de ambos líquidos y esperamos a que se crucen.
Cuando esto ocurra vertemos la lejía encima de la grasa y removemos con un mini-batidor hasta que se forme la traza.
Vertemos en el molde y dejamos reposar hasta que se solidifique.
Cuando esté duro lo desmoldamos y dejamos curar 40 días como de costumbre.
Dentro de ese tiempo os contaremos el resultado, de momento lo que hemos observado es que la traza se queda muy líquida y no espesa, pero al día siguiente solidifica el jabón sin problemas.