Desde el año 2013 hasta febrero del año 2018, la Nasa está efectuando un proyecto llamado VEGGIE, que consiste en un sistema de producción de vegetales en el espacio, con el fin de observar cómo afecta la ingravidez a estos seres y poder proveer de alimentos frescos a la tripulación.
Con las misiones de larga duración a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS), ha quedado claro que se debe mejorar la habitabilidad humana. El Sistema de producción de vegetales proporciona un medio para proporcionar a las tripulaciones una fuente continua de alimentos frescos y una herramienta para la relajación y la recreación.
Como con toda la investigación básica, una mejor comprensión del crecimiento y desarrollo de las plantas tiene implicaciones importantes para mejorar la producción de plantas en la Tierra.
La primera ensalada espacial
En agosto del año 2015, los Astronautas de la ISS probaban por primera vez una ensalada fresca de su propia cosecha, una variedad resistente de lechuga romana roja; la cual fue cuidadosamente limpiada con una toallita húmeda con ácido cítrico.
El astronauta estadounidense Dr. Kjell Lindgren cosechó las hojas con pinzas y las colocó en una bandeja antes de meterlas. Luego, dijo: “Eso es increíble”.
Su compañero astronauta Scott Kelly esparció aceite de oliva y vinagre balsámico sobre el suyo. Él dijo: “Sabe bien. Algo así como la rúcula. Fue un pequeño bocado para el hombre …”
Ellos y la astronauta japonesa Kimiya Yui salvó algunas hojas de lechuga para los cosmonautas rusos Mikhail Kornienko y Gennady Padalka, que estaban afuera en una caminata espacial.
Principales desafíos
Cultivar plantas en el espacio no es tan sencillo como poner tierra, semillas y agua, ya que la ingravidez ocasiona que las raíces de las plantas crezcan en todas las direcciones, es imposible regarlas de manera regular, no hay luz “natural” y, además, las plantas sufren estrés.
La gravedad indica a la planta hacia dónde debe crecer. La posición del agua influye en cómo intercambia gases en la estoma; y sin gravedad, el agua tiene más tendencia a evaporarse. Los vasos de las plantas funcionan correctamente, pero no trasladan los nutrientes de la misma manera por todo el vegetal.
Para ello las semillas y el sustrato se encuentran cosidos al interior de unas almohadas, las cuales van insertas en unas rejillas y conectadas a unos sistemas de regado por bombeo. Para proporcionarle luz a las plantas pasan por un sistema de luces led que van cambiando de colores para simular las diferentes intensidades y rayos necesarios para adquirir el color conocido por nosotros. Ya que si no pasan, por ejemplo, por un rato bajo luces verdes serian de colores púrpuras.
Jardinería del futuro
La NASA, que tiene como objetivo enviar humanos a Marte en la década de 2030, dijo que también podría haber beneficios psicológicos asociados con la “jardinería espacial” y que podría convertirse en una característica de la vida en la estación espacial y en Marte.
Tener cuidado con las verduras les proporcionaría una distracción a los de la primera misión y les ayudaría a mantener su cordura a millones de kilómetros de su hogar.
El Dr. Gioia Massa, científico de carga útil de la NASA para el experimento Veggie, dijo: “Las futuras misiones de vuelo espacial podrían involucrar de cuatro a seis miembros de la tripulación que viven en un espacio confinado durante un período prolongado de tiempo con comunicación limitada.
“Mientras más lejos y más tiempo los humanos se alejen de la Tierra, mayor es la necesidad de poder cultivar plantas para la alimentación, el reciclaje de la atmósfera y los beneficios psicológicos”.
Ella agregó: “Tenemos próximos experimentos que analizarán los impactos de la calidad de la luz sobre el rendimiento de los cultivos, la nutrición y el sabor”.
Las plantas mejoran la calidad de vida
La NASA también espera mostrar que las plantas con flores y la jardinería pueden tener un impacto positivo en la salud mental de la tripulación.
“Las plantas pueden de hecho mejorar las misiones de larga duración en entornos aislados, confinados y extremos, ambientes que son artificiales y privados de la naturaleza”, dijo Alexandra Whitmire, del Programa de Investigación Humana de la NASA.
“Si bien no todos los miembros de la tripulación pueden disfrutar de cuidar las plantas, para muchos, tener esta opción es beneficioso.
“En futuras misiones, la importancia de las plantas probablemente aumentará dada la conexión limitada de la tripulación a la Tierra.
Los estudios de otros ambientes aislados y confinados, como las estaciones antárticas, demuestran la importancia de las plantas en el confinamiento, y la cantidad de alimentos frescos que se vuelven más psicológicos, cuando hay pocos estímulos alrededor “.
Increíble pero cierto, aunque parezca una historia de ciencia ficción estos proyectos de innovación siempre me llenan de preguntas. Mejor me dedico a disfrutar de mi huerto, usar mis herramientas de jardinería, ensuciarme las manos y sentir el olor a tierra mojada.
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