Los desechos plásticos representan un gran porcentaje de contaminación al medio ambiente, lo cual perjudica notablemente la salud de los ecosistemas.
La contaminación por concepto de los desechos plásticos genera una problemática medioambiental que afecta la vida acuática, en la generalidad de los casos, por contaminación de ríos y mares.
El consumo de plástico en España oscila entre el 25% y el 37%, donde solo el 30% de todo el plástico generado en el continente europeo se recicla, representando un problema significativo para la región. (Mohorte, 2020).
Por ello, es de vital importancia, reducir el uso e impacto que generan los desechos plásticos al ecosistema, lo cual es responsabilidad tanto de la gestión pública, como de la ciudadanía en general.
También Mohorte señala que es necesario “eliminar el abandono de envases y garantizar su correcto reciclado, mediante la implementación de sistemas de retorno” y finalmente, “fomentar la innovación y la implantación de alternativas que reduzcan el uso del plástico”, a fin de mejorar las condiciones medioambientales de la región.
España, según Tena, (2018), es considerado como el país europeo que más pesticidas utiliza, con un consumo de 78.818 toneladas en el 2014, es decir, un 20% de todo lo vendido a Europa.
Los ríos Ebro, el Tajo, el Duero, el Segura o el Guadiana fueron analizados por sus problemas reales de contaminación como consecuencia del uso excesivo de plaguicidas.
Se ha podido verificar que la fauna acuática y las plantas son las más afectadas por esta problemática, por lo que la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) para el año 2017 alertó sobre los daños ocasionados por el uso de los plaguicidas.
En consecuencia, la ONU propone tomar medidas preventivas, prohibiendo el uso de estos químicos en la producción alimentaria, así como reducir el uso de estos productos en España en un 5% para el año 2028.
Las necesidades de depuración del área metropolitana en Madrid han aumentado “no solo con la población, sino multiplicado por cuatro en los últimos cien años, lo cual conlleva a una legislación más exigente”.
Según la Fundación Botín, (2019), la ciudad de Madrid hoy en día cuenta con un conjunto de depuradoras capaces de disminuir la presencia de materia orgánica a concentraciones muy por debajo de los limites requeridos por la directiva europea referido a aguas residuales urbanas, así como los niveles de oxígeno disueltos en el rio los cuales son compatibles con el buen estado del rio Manzanares.
Dentro de las soluciones propuestas en España está el uso de la Economía Circular, a fin de “Fomentar medidas donde se prioriza la reducción y se apuesta por la reutilización de la materia prima y nuevos materiales con menor impacto ambiental”. (Greenpeace, 2021).