Por el equipo Slow Fashion Next.
Imagen de portada: Lifestyle Monitor Cotton Incorporated.
Etiquetando claramente el contenido de los tejidos no solo ayuda a los minoristas a promover su ropa y la sostenibilidad, sino que además provoca un acercamiento hacia las preferencias del consumidor.
Los consumidores son un grupo interesante. Tienen sus preferencias de fibra y moda, pero a veces, por razones que van desde el ajuste del precio a la conveniencia, terminan comprando productos que terminan dejándoles insatisfechos. Y eso nunca es bueno para una marca ni para un minorista. Si los consumidores se tomarían el tiempo de mirar las etiquetas con el contenido de fibras en el tejido antes de comprar, algunas de sus preferencias podrían ser tomadas en cuenta. No obstante, también hay pasos que pueden ser tomados en cuenta por parte de la industria para mantener a los consumidores contentos.
Timo Rissanen, profesor asistente de diseño de moda y sostenibilidad en la escuela de diseño Parsons de Nueva York, opina que los consumidores por sí solos no pueden ser culpados por no estar contentos con su compra.
“A menudo, el precio juega un papel más importante que el contenido de la fibra”, dice Rissanen. “La industria también contribuye impulsando precios más bajos. Yo no pondría toda la responsabilidad sobre los consumidores “.
Según el estudio realizado por Lifestyle Monitor de la Corporación Algodón, más de cuatro de cada diez compradores (43 por ciento) revisan las etiquetas de contenido de tela antes de comprar las prendas de vestir. Casi dos de cinco (38 por ciento) dicen leer las etiquetas para conocer de qué está hecho el artículo y por otro lado de cómo cuidarlo (33 por ciento). Cuando comprueban el contenido de fibra, la clara mayoría (83 por ciento) dice buscar algodón en la etiqueta.
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Los consumidores buscan algodón en las etiquetas de fibra por una serie de razones, para la mayoría (79 por ciento), el algodón y mezclas de algodón son su tejido favorito de uso, según los datos de Monitor. A éste le sigue el poliéster (3 por ciento), la seda (2 por ciento), el rayón, el spandex y lana (todos 1 por ciento). Los consumidores tienen tal aprecio por el algodón que el 72 por ciento dice: “Si pudiera escoger una sola fibra de por vida, ésta sería algodón”.
Sin embargo, la fluctuación global del precio del algodón ha llevado a los fabricantes de ropa a cambiar éste por el uso de sintéticos, utilizando a menudo procesos que producen una textura cercana al algodón en sus productos. No obstante, estos productos sintéticos tienen la tendencia a producir descontento de su compra en los clientes.
En comparación con las prendas fabricadas con fibras artificiales, alrededor de 8 de cada 10 consumidores opina que la ropa de algodón es la más sostenible (84 por ciento), más suave (81 por ciento), más cómoda (80 por ciento), más auténtica (80 por ciento) y más confiable (79 por ciento) según la investigación de Monitor.
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La sostenibilidad y las prendas de vestir fueron foco de atención recientemente por noticias acerca de partículas de fibra diminutas -conocidas como contaminación microplástica- proveniente de prendas de vestir que terminan en vías fluviales alrededor del mundo, incluso en el agua de los grifos domésticos. En una investigación realizada por Orb Media, el 83 por ciento de las muestras de agua de grifo de más de una docena de países estaban contaminadas con fibras plásticas de las cuales, Estados Unidos tuvo la mayor tasa de contaminación, con un 94 por ciento.
“Existe una oportunidad de cambiar el predominio del poliéster”, afirma Rissanen. “A medida que caemos en cuenta del grado de contaminación microplástica que termina incluso en el agua que consumimos. Yo tengo la esperanza de ver una caída significativa en el consumo de poliéster en un futuro cercano, ya que el lavado de ropa de poliéster es una de las principales fuentes de contaminación”.
Dado que los consumidores tienen una clara preferencia en el tejido, Rissanen opina que los fabricantes podrían beneficiarse de esto promoviéndolo en sus etiquetas.
“La calidad de la tela es evaluada a través del tacto y de la vista, sin embargo, este conocimiento ha quedado con las generaciones anteriores”, dice Rissanen. “Las marcas que producen y utilizan de forma efectiva telas de alta calidad, e invierten en la construcción de la calidad deberían informar activamente a sus clientes sobre esto”.
Y los fabricantes que realmente quieren promover su contenido de fibra, deberían facilitar la lectura de las etiquetas a los consumidores. La investigación de Monitor encuentra que el 40 por ciento de los consumidores opina que el tamaño de la letra usado en las etiquetas es demasiado pequeño para ser visto. Otro 27 por ciento dice que es difícil leer las etiquetas y el restante 20 por ciento opina que hay demasiada información en las etiquetas lo que las hace demasiado fatigosas a la lectura.
En la reciente Semana de la Moda de Nueva York, varios diseñadores se centraron en las fibras naturales y la sostenibilidad para sus colecciones primavera-verano 2017. John Paul Ataker promovió el uso de los “principios de moda lenta”, utilizando materiales y tintes que eran “lo más ambientales y ecológicos posible.” Su colección de primavera incluye algodón, y una paleta de colores que enfatiza en telas no blanqueadas, predominantemente en blancos, marfiles y negros.
La diseñadora Londinense Alice Potts, dijo enfocarse en el uso lo que ya existe en el planeta. Ella formó parte del grupo de diseñadores que se presentaron en el desfile sostenible de Sechs Element durante la semana de la moda.
Sechs Element
“Hay un problema en conseguir que los consumidores miren las etiquetas porque a menudo depende de los costos”, dijo Potts entre los bastidores antes de su desfile. “Sin embargo, a mucha gente le importa. El problema es que una gran mayoría quiere estar a la moda, como también comprar cosas a bajo costo y asequibles. De manera que, a menos que los consumidores dejen de comprar más y más, y lleguen a aceptar que podrían gastar más dinero en una sola prenda, será muy difícil cambiar las cosas”.
Apoorva Gupta, diseñadora de la colección Innocence of Childhood, también se presentó en el evento Sechs Element. Su colección de primavera incluye fibras naturales como el algodón y seda. Ella opina que los precios pueden ser un motor para el consumidor medio, por lo que los diseñadores deben tomar esto como un reto -y crear productos a bajo precio, pero también atractivos y sostenibles para luego promoverlos.
“En mi colección, puedes tomar uno de mis tops, por ejemplo, y llevarlo de tres maneras diferentes”, dice Gupta. “Antes de convertirme en una estudiante de moda, siempre me atraían las cosas que se veían bonitas, pero luego tomé una clase de sostenibilidad y aprendí que moda es más que eso. Me parece que las generaciones actuales admiran principalmente a las celebridades y los medios de comunicación, por lo que ésta debe ser una forma de concienciar al consumidor de una manera interesante, a través del Internet por ejemplo en lugar de hacerlo a través de un libro de texto, provocando entonces el hábito de revisar las etiquetas. Debe haber una manera de exponer que la sostenibilidad puede ser divertida si se hace de la manera correcta “.
Fuente del artículo: Sourcing Journal Online, escrito por Catherine Salfino, 21 de septiembre del 2017.
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