Los mursi son una tribu localizada en Etiopía y viven principalmente en las estepas de Jinka y en las montañas del Omo Park (región del Omo central). Se calcula que pueden llegar a ser en torno a unos 9.000 aunque como suele suceder en estos casos no hay un censo oficial.
En cuanto a su origen, la principal hipótesis es que son una escisión de la etnia durma de Sudán. Su idioma, el mursi, pertenece a las lenguas nilo-saharianas, una familia hablada entre el desierto del Sahel, el alto Nilo y Chad, caracterizadas por una gran disparidad entre las mismas y un número escaso de elementos en común. Se dedican principalmente al pastoreo (ganado vacuno) aunque no tienen rebaños numerosos, es frecuente ver una media de una cabeza de ganado por habitante. En periodos de escasez, basan su alimentación en una mezcla de sangre y leche de vaca o incluso llegan a intercambiar su ganado por cereales con las tribus vecinas. Como segunda fuente de subsistencia tienen la agricultura (principalmente cereales como sogo y maíz) y finalmente también recolectan miel.
En cuanto a sus tradiciones, los Jalaba (consejo de hombres de más edad del poblado) son los que toman las decisiones. Mantienen una tradición ancestral, la Dunga, consistente en una batalla festiva entre jóvenes provistos de unas largas cañas en la que los guerreros que resultan ganadores adquieren no sólo el respeto de sus rivales sino el derecho a escoger esposa. Las mujeres llevan platos de arcilla incrustados en sus labios (cuando alcanzan los 15-16 años), con la peculiaridad que cuánto mayor es el plato que puede tolerar mayor es la dote que cobrará su padre de la familia del marido. Estas inserciones comienzan unos 6 meses antes de la boda y transcurrido ese periodo el labio se vuelve tan elástico que pueden quitarlo y ponerlo sin mayor dificultad. Tradicionalmente el plato es para ser colocado siempre en presencia de los hombres, retirándolo sólo en reuniones privadas, en presencia de otras mujeres o al dormir, si bien últimamente esta costumbre no se sigue de forma tan estricta como hace unos años. Cuando dan el paso de niña a mujer se practican unos orificios en los lóbulos de las orejas en los que se pondrán otros platos de tamaño menor mientras permanezcan solteras. Con este paso se marca el inicio de búsqueda de marido.
Los hombres lucen unos dibujos pintados con tiza blanca por todo su cuerpo
Para contraer matrimonio, mujer y hombre han de estar de acuerdo en vivir juntos, tras lo cual el varón informa a su padre de sus intenciones. Este habla con la novia para confirmar su deseo y le pide su autorización para hablan con el padre de la misma. Una vez establecida y pagada la dote la familia del novio ofrece una gran fiesta tanto a la novia como a su familia para celebrar el acontecimiento.
En cuanto a la religión, practican el animismo, caracterizado básicamente porque todo está vivo, es consciente o tiene un alma, tanto los objetos como cualquier elemento del mundo natural y son por tanto venerados como dioses. Sostiene igualmente la interacción entre los vivos y los muertos. Creen en una fuerza superior llamada Tumwi, que normalmente se encuentra en el cielo aunque a veces se manifiesta como un arco iris o un ave. La autoridad religiosa está en manos del Komoru o sacerdote que es hereditario, y actúa como intermediario entre la comunidad y su Dios (Tumwi), especialmente cuando se ven amenazados por la sequía, plagas en los cultivos o epidemias en las comunidades.
Cuando un anciano muere, su mejor toro es sacrificado y la grasa abdominal del mismo se coloca sobre el pariente más cercano del difunto. El funeral es llevado a cabo por los miembros masculinos de la sociedad y tras el mismo se celebra una fiesta que incluye bailes tradicionales y puede llegar a durar hasta tres días.
Os dejamos este vídeo como complemento explicativo.