¿Te detienes a reflexionar cada cierto tiempo? Me refiero a cualquier tipo de reflexión sobre algún aspecto de tu vida.
Yo me detengo a pensar sobre mis cambios y progresos de vez en cuando. Cada tres meses reviso mis objetivos y cada año hago una reflexión profunda (o no tanto) sobre donde estaba y donde estoy ahora.
Eso es lo que quiero hacer con este post, porque llevo un año escribiendo en este blog. Más que una reflexión sobre mi situación personal, quiero hacer varias sobre la sostenibilidad.
Sigue leyendo porque no te quedarás indiferente.
Una vida sostenible significa muchas cosas
Ser sostenible en el día a día puede tener un significado distinto para cada persona.
Para unos será el zero waste o residuo cero, otros se centrarán más en la alimentación, otros en la autosuficiencia… Quizás haya tantas respuestas como personas. Y quizás todas tengan razón.
Pero lo que no es sostenible es que sigamos con la vida que nos venden en la tele y en el supermercado. Ni tampoco que renunciemos a todo y nos mudemos a una cueva. La sostenibilidad es equilibrio.
Vivir de forma sostenible es algo que no tiene un único destino, es un largo recorrido de pequeños cambios, de modificar hábitos, de buscar alternativas. Pero nunca habrá un momento en el que digamos: vivo de forma totalmente sostenible. Porque la totalidad no existe.
He aprendido que la sostenibilidad no significa renuncia, ni sacrificio, ni sufrimiento. Es algo que te hace sentir bien porque crees estar haciendo lo correcto. Es costumbre, es hábito y es cambio. Es vida al fin y al cabo.
No digas que no ha quedado filosófico y bonito. Pero es la verdad. O al menos es mi verdad.
Vivir de forma sostenible es un acto egoísta
No nos engañemos, si hablamos de sostenibilidad estamos hablando del ser humano. El planeta va a seguir ahí aunque nosotros desaparezcamos.
Y aunque nos llevemos a miles y miles de especies con nosotros, no creo que destruyamos por completo los millones de años de evolución que han sobrevivido a cosas peores.
Pero lo que sí que nos vamos a cargar es a nuestra propia especie. Tratar de alcanzar la sostenibilidad no es más que un método de supervivencia.
Así que no te consideres altruista por tratar de preservar el mundo en el que vives, siente que los demás son bastante idiotas por no hacerlo.
Pensamiento sistémico y sostenibilidad
Vaya título, ¿eh? No te asustes, solo quiero explicar algo sencillo con un nombre que da miedo.
El pensamiento sistémico trata de entender cómo se comportan diferentes sistemas y cómo se relacionan entre sí. Por ejemplo, si estudiamos la atmósfera, debemos entender que se relaciona con otros sistemas, como el océano. Para entender cómo funciona, debemos estudiar también sus relaciones.
En el siguiente vídeo verás un ejemplo claro de pensamiento sistémico. Nuestro mundo funciona así:
¿Por qué te estoy contando esto? Porque me he dado cuenta de que la gente no tiene esta clase de pensamiento. Cuando piensa en algo no busca relaciones más allá.
Vamos con más ejemplos, para que se entienda. Estamos con sequía, por lo tanto una persona considera que no es buena idea usar reutilizables (por ejemplo servilletas de tela) porque hay que lavarlas y se gasta agua. Como alternativa comienza a utilizar servilletas de papel.
Quizás a ti te parezca una locura, pero créeme que hay más de una persona que piensa así. No se ha parado a pensar en el agua necesaria para hacer esa servilleta de papel, que será más que la de lavar la de tela. Tampoco en el envase de plástico, que incrementará el gasto de agua, el gasto energético, el transporte, el residuo generado (y su tratamiento)…
Todas estas cosas y muchas otras empeoran el problema inicial, pero esta persona no se ha dado cuenta.
En este año he aprendido que debemos cambiar nuestro pensamiento a uno sistémico para que podamos ver la sostenibilidad de una forma holística.
Todo está relacionado. Todo. Y los problemas ambientales que sufrimos no se pueden solucionar de forma aislada. Tenemos que superar la ceguera sistémica.
Ser tolerante es la única posibilidad
Estarás de acuerdo en que se cazan más moscas con miel que con hiel. Pues las personas funcionan igual.
No puedes obligar a nadie a que acepte ser como tú quieres. No puedes pretender imponer tu forma de vida. Y no puedes esperar que si lo haces, se acepte como algo bueno.
Por lo tanto, si quieres que los demás entiendan que ser sostenible es realmente la única opción que tenemos, no seas un "peñazo" porque no te harán ni caso.
Ser tolerante y tratar de explicar porqué hacemos lo que hacemos es la única forma que tenemos de inculcar mejores costumbres.
Muchas veces la gente ni siquiera se para a reflexionar hasta que tú lo haces por ellos. Pero si explicas algo exigiendo una respuesta, no conseguirás más que una negativa.
El otro día salí a tomar una cerveza con un amigo. El se pidió una de botella y yo una de barril. Le expliqué que pedía la de barril porque estaba generando menos residuos con esa decisión, entre otras cosas. El se sorprendió de mi explicación y yo de que jamás lo hubiese pensado. Curioso, ¿no? La gente a veces solo necesita una explicación y no una crítica.
Estas son algunas de las reflexiones que llevo haciendo durante el último año y que me han cambiado un poco la forma de ver las cosas.
¿Qué has aprendido tú en el último año sobre sostenibilidad? Cuéntamelo en los comentarios.
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