Veo cada día como aumenta el número de personas veganas a mi alrededor y me parece fantástico. No creo que esta tendencia vaya a solucionar todos los problemas que tiene ahora la raza humana, aunque quizás ayude con algunos.
Pero no, yo no soy vegana.
¿Cómo puede ser? Si amo a los animales y quiero proteger el medio ambiente... Pues me gustaría presentar mis razones.
En primer lugar me gustaría mostrarte la definición de veganismo (según la Wikipedia, que lo define infinitamente mejor que la RAE):
El veganismo es la práctica de abstenerse de la utilización y consumo de productos y servicios de otras especies animales. Dicha práctica en general se realiza por una razón ética que rechaza la condición de mercancía de los animales debido a su condición de seres sensibles o sintientes, aunque también hay argumentos ambientales y de salud.Partiendo de la base de que el veganismo se realiza por una razón ética, quisiera añadir que no hay juicio de valor que sea objetivo.
Hablemos de las razones para ser vegano
- Evitar el sufrimiento animal: Probablemente la que consideramos la más noble de todas las causas. No puede haber nadie a favor de que los animales estén confinados en granjas bajo unas condiciones horribles, o que sean tratados como mercancía o esclavos. Nadie en su sano juicio defendería esto, y yo no voy a ser diferente. Así que, ojalá seamos capaces de cambiarlo y tratemos a los animales con mucho más respeto.
Pero es cierto que muchos veganos (o al menos los que yo conozco), consumen una gran cantidad de productos derivados de la soja. Soja que se cultiva en selvas que son taladas para este fin, y que dejan tras de sí un rastro de muerte y animales que se han quedado sin hogar (No lo digo yo, revisa este artículo de Greenpeace). Por no hablar también de los pesticidas, que acaban matando a mucho más que a los insectos.
Esta doble moral, que permite la muerte de forma indirecta, no es distinta a la doble moral que me permite a mi comer carne.
- Preocupación ambiental: Es cierto que estaremos consumiendo muchos menos recursos comiendo una lechuga que un filete y estaremos aprovechando más la energía que se transfiere en la cadena trófica. Pero ser vegano (o vegetariano) no siempre es la forma más sostenible de alimentarse. Vuelvo al ejemplo de la soja. Han talado la selva para su cultivo y la han transportado miles de kilómetros hasta su destino. ¿Qué tiene esto de sostenible? Desde luego los huevos de las gallinas de mi abuela lo son mucho más.
Por ello, si nuestra preocupación es ambiental, más vale que nos fijemos de donde vienen nuestros alimentos y como han sido procesados.
- Cuidar de la salud: Para mi, esta es la razón más discutible de todas. No soy nutricionista, no sé nada al respecto, pero creo que no a todo el mundo le va bien lo mismo. Conozco a gente vegana que está estupendamente, a otra que le ha mejorado su salud y a otra que le ha empeorado. Este último caso me ha tocado muy de cerca, pues mi amiga A. (espero que no te importe que use tu ejemplo), tuvo que abandonar su dieta vegana porque empezó a encontrarse mal. No era capaz de subir las escaleras hasta un segundo piso. Ha vuelto a comer carne y ahora se encuentra bien. Este es solo un caso particular y probablemente a mi amiga le faltasen nutrientes o proteínas (no lo sé). Pero, con él quiero ilustrar que depende de cada uno y si a ti te va bien, genial, y si no, pues a otra cosa.
Hay quizás una cuarta razón, a la que no pienso dedicarle nada de mi tiempo, y es "la moda". Por increíble que parezca, hay gente que se hace vegana por "moda". En fin... Sin comentarios.
Pues bien, hasta aquí mis razones y objeciones, que puede que no sean más que excusas porque no me gusta casi ninguna verdura, o sean doble moral, o a saber... Sea como fuere, no me gusta que nadie intente convencerme porque yo tampoco lo hago. Que cada uno sea libre de decidir y compartir sus opiniones sin que nadie ponga el grito en el cielo. Porque hoy todo es causa de disputa u ofensa y este tema en particular lo suele ser.
Y lo que quiero dejar claro, es que si buscas una alimentación sostenible: cultiva todo lo que puedas, compra productos de proximidad y de temporada y opta por lo natural y ecológico.
La berza de casa es más sostenible que la comprada y los huevos de mi abuela son más respetusosos que la soja.