Ingredientes
Instrucciones
*Añadir en un recipiente de cristal 3 cucharadas de gránulos de kéfir, 50 gramos de azúcar moreno o miel, medio limón y unos dátiles (o higos secos, albaricoques secos?). Si sois diabéticos podéis utilizar edulcorante de estevia.
*Llenar el recipiente con un litro de agua no clorada y remover con un utensilio que NO sea de metal. Cubrir el recipiente con un trapo o papel de cocina. Si queréis que la bebida quede más carbonatada dejar un tercio del recipiente con aire y taparlo herméticamente, pero vigilar porque el gas generado durante la fermentación (dióxido de carbono) podría hacer estallar el recipiente. Dejar reposar la mezcla a temperatura ambiente y protegida de la luz solar.
*Transcurridas 24 horas, volver a remover y dejarlo fermentar uno o dos días más (48 o 72 horas en total).
*Filtrar el líquido con la ayuda de un colador de tela (no de metal) y guardarlo en la nevera. Ya está listo para consumir entre uno y dos litros diarios. Podéis exprimir el medio limón añadido y ya veréis como la bebida se parece a una limonada con gas.
*Vuelve a lavar los gránulos de kéfir con agua y empieza de nuevo el proceso. Como los gránulos van creciendo, cada vez tendrás más, así es que los puedes compartir con alguien o escurrirlos bien y congelarlos dentro de una bolsa de plástico o táper. Otra opción es desecarlos.
Imágenes: Organicus
Aunque los beneficios del kéfir son múltiples, debéis tener en cuenta que no es un remedio universal, por lo que cuando exista enfermedad se debe acudir a un médico. Como todo, el kéfir debe ser tomado en la cantidad y forma adecuada. Si los gránulos pierden su textura o cambian su color / olor no los utilicéis. Tampoco consumáis agua de kéfir más de 2-3 semanas seguidas o si sois pacientes inmunodeprimos.