Y no solo esto. La situación que estamos viviendo nos ha llevado a todos a reflexionar... ¿Es adecuado el ritmo de vida que llevamos? ¿dedicamos a nuestros seres queridos todo el tiempo que necesitan? ¿consumimos lo necesario o en exceso? ¿malgastamos la energía? ¿hacemos todo lo posible por conservar el medio ambiente? Sobre la última pregunta queremos profundizar en este post, porque la respuesta es SÍ, todos podemos hacer muchísimas cosas para reducir la huella ecológica.
¿Qué es la huella ecológica? Se trata de un indicador que evalúa la actividad de las personas sobre el planeta, es el efecto que tienen nuestros hábitos sobre el medio ambiente. Pero, entonces, ¿qué puede hacer cada persona a nivel particular? Muy fácil, os lo detallamos a continuación en estos 7 puntos.
1.- Aliméntate de forma sostenible
Sin duda, en la alimentación tenemos una de las claves para ser respetuosos, o no serlo, con el medio ambiente. Podemos recurrir a un sinfín de maneras de cuidar el planeta a través de los alimentos.
Lo más importante... sigue el esquema de la pirámida alimentaria y apuesta a diario por alimentos naturales y frescos: grano integral, frutos secos, frutas, verduras, legumbres, huevos, lácteos, pescados y carnes blancas. Modera el consumo de las carnes rojas y cómpralas siempre de buena calidad. Las bebidas azucaradas, la comida basura y los 'alimentos' procesados (envasados generalmente con plásticos) debes reducirlos a la mínima expresión.
Además, si compras productos de temporada y locales, estarás ahorrando un gasto enorme en transporte, combustible, almacenamiento, etc. Todo esto no solo te hará llevar una vida más sostenible, sino también más saludable. Todo ventajas.
2.- Utiliza transporte sostenible
Desplazarnos cada uno en nuestro coche es uno de los actos más contaminantes que existen. Lo sabemos, no hay nada tan cómodo como coger el coche en la puerta de casa y desplazarnos con él hasta nuestro lugar de trabajo, de puerta a puerta. Pero ¿somos conscientes de lo que esto supone para el medio ambiente? ¿Sabemos la cantidad de Co2 que estamos enviando a la atmósfera?
Piensa si esta es la única alternativa que tienes para moverte de un sitio a otro. Viajar en transporte público, compartir el vehículo con más personas, ir en bicicleta, hacer uso de car o moto-sharing, desplazarte en patinete eléctrico... El abanico de posibilidades es innumerable. Y, además de ahorrar y no contaminar, recuerda que caminar o montar en bicicleta son actividades sanísimas.
Piensa qué puedes hacer para evitar coger el coche a todas horas... y hazlo, por el bien de todos y por el tuyo propio.
3.- Consume responsablemente
Consumir es importante para mantener la actividad económica en movimiento. El problema es consumir en exceso, comprar más de lo que necesitamos. Esto podemos atajarlo tomando medidas tan sencillas como planificar las compras, tanto de productos de alimentación como de cualquier otra índole. ¡Al mercado hay que ir con una lista hecha en casa! Tenemos que ceñirnos a ella y no dejarnos llevar por los hipnotizadores mensajes que nos envía la industria para que compremos de forma compulsiva.
También importante, antes de darle al 'intro' en esa compra on-line que estás a punto de hacer, pregúntate: ¿realmente lo necesito?
4.- Haz un buen uso de la energía
Despilfarrar energía es otra de las obras más anti ecológicas que podemos realizar. Dejar aparatos enchufados o en modo 'stand by', consumir luz de manera innecesaria o comprar electrodomésticos con baja calificación energética están a la orden del día. Sin embargo, con un esfuerzo mínimo podemos ser más eficientes desde el punto de vista energético.
¿Cómo? Desenchufando los cargadores y aparatos eléctricos que no utilizamos, comprando bombillas de bajo consumo o LED o contratando el suministro eléctrico de una compañía que se nutre de luz 'verde' gracias a las energías alternativas y renovables como la eólica.
También es fundamental no abusar de la calefacción en verano ni del aire acondicionado en invierno.
5.- Reduce los residuos
Cada español genera diariamente 1.5 Kg de residuos. Esto se puede, y se debe, reducir. Podemos comprar menos y, sobre todo, comprar menos productos embalados con todo tipo de plásticos y materiales contaminantes. Sencillamente, tienes que intentar comprar paquetes grandes y, cuantos menos envoltorios lleven, mucho mejor.
6.- Recicla correctamente
Reutiliza, reutiliza y reutiliza. Es una de las bases para reducir la huella ecológica. Seguro que puedes reconvertir eso que estás a punto de tirar. Utiliza tu imaginación y recurre a tutoriales de Internet para saber qué cosas útiles puedes hacer con una prenda de vestir vieja, unos cartones o unas cuantas botellas de plástico. Te aseguramos que se pueden conseguir resultados absolutamente asombrosos.
Y, por supuesto, recicla todo lo que puedas en casa y llévalo al punto limpio (en este post tienes todos los detalles sobre dónde hay que depositar cada residuo).
7.- Ahorra agua
Uno de los principales problemas que va a traer el cambio climático es la escasez de ese producto tan preciado como es el agua. Sin agua no hay vida, y por eso hay que tratar de ahorrar y reducir al máximo su consumo.
En casa también podemos poner en práctica algunos trucos para no malgastarla: cerrando siempre los grifos que gotean (o repararlos si es necesario), reciclando el agua de la lluvia, utilizando sistemas de riego sostenibles -como el goteo-, plantando árboles y plantas autóctonas, regando con el agua que sobra después de cocinar, colocando una botella dentro de la cisterna para reducir su capacidad, disminuyendo el tiempo que dedicamos a las duchas... Como ves, hay mil posibilidades, piensa qué puedes hacer tú para consumir menos agua.
¿Crees que cumples con todos los puntos? ¿Cuál más añadirías a la lista? Te esperamos en nuestro próximo post de Vivienda Saludable, donde te ofreceremos nuevos consejos.