Hará cerca de un año que vi por primera vez una de las charlas de una chica llamada Lauren Singer, que con orgullo exhibía la basura de dos años enteros en un pequeño bote de cristal. Mi reacción fue inmediata: sorpresa, comprensión y motivación. Si una chica tan normal podía conseguir un impacto tan mínimo en el planeta, ¿por qué no iba a poder hacerlo yo?
Durante meses observé todo lo que había a mi alrededor, y me di cuenta de la enorme cantidad de plástico que usaba –y desechaba- a lo tonto. Investigué sobre los efectos de este material en los océanos, además del grave problema de la generación masiva de residuos que caracteriza nuestra sociedad actual. Me quedé de piedra.
¿Sabías que en una década hemos consumido más plástico que en todo un siglo de la historia humana? Con tantos datos abrumadores, decidí cambiar mi estilo de vida en Mayo. Llené toda una libreta con cambios por hacer, alternativas por las que optar, y recetas de productos que me ahorrarían miles de envases.
A día de hoy, puedo decir que mi basura es diminuta. Casi todo lo que desecho es papel y restos orgánicos, y aunque todavía hay algún plástico que no puedo evitar, apenas lleno una bolsa en meses. Como he recibido varias preguntas al respecto por las redes sociales, me gustaría compartir hoy algunos consejos para desintoxicar tu vida del plástico y ser más sostenible:
En la comida
Compra a granel. Para hacer esto no hace falta que tengas tiendas a granel cerca; puedes conseguir productos sin envases en tu mercado local o en pequeñas tiendas de barrio.
Planifica y cocina tus comidas, en vez de comprar todos los días algo en la cafetería.
Haz tus propios snacks, salsas y dulces.
Apuesta por un huerto urbano y planta tus propios vegetales.
En la bebida
Despídete del agua embotellada y ahorra dinero con una botella reutilizable.
¡Mejor sin pajita! Bebe directamente del vaso o utiliza una pajita reutilizable.
Lleva tus propias botellas o termos reutilizables para cafés, infusiones o batidos.
Compra leche o zumos en botellas de vidrio reutilizables.
Haz tus propias bebidas.
En la ropa
Compra ropa de segunda mano.
Repara tus prendas.
Intercambia ropa con amigos, familiares o vecinos.
Practica el upcycling con tus prendas y crea nuevos productos a partir de ellas.
Evita el poliéster y la mezcla de tejidos.
Apuesta por fibras libres de plástico como el cáñamo o el algodón.
En el hogar
Pásate a productos hechos de materiales como el bambú, el acero o el cristal.
Utiliza productos biodegradables o reutilizables, como un cepillo de dientes de bambú.
Haz tus propios productos de higiene con ingredientes tan básicos como el aceite de coco o el bicarbonato (desodorante, pasta de dientes, bálsamo labial, hidratante facial y corporal, exfoliantes con azúcar).
Haz tus propios productos de limpieza con ingredientes tan básicos como el vinagre de manzana o el bicarbonato (jabón de limpieza, limpiador de ventanas, tónico para suelos).
Pásate a champús y jabones sólidos.
Reconoce que necesitas menos productos de los que crees, y que un ingrediente natural puede servir para múltiples cosas.
Fuera de casa
Di no a productos de plástico de un solo uso, como bolsas de plástico, pajitas, vasos de café o cubiertos de plástico.
Lleva siempre contigo una bolsa plegable de tela.
Pásate a los pañuelos de tela reutilizables.
Ve a comprar con tus propias bolsas, con tarros, o con contenedores metálicos. No solo la comida: ¡cualquier cosa!
Mis compras semanales en el mercado local: completamente vegetales y sin plástico
Con estos consejos, ¡deberías tener un buen comienzo asegurado! Evidentemente, algunos cambios son más fáciles que otros. Es por eso que necesitas organizar bien tus compras, preparar lo que necesitas y tener muy claro por qué estás haciendo lo que estás haciendo. Mentiría si dijera que nunca me han echado alguna mirada extraña, pero en el 99% de los casos no me han puesto ningún problema. ¡De hecho, más de una vez me han elogiado por querer cuidar del planeta!
Reducir nuestro plástico no solo ayuda al planeta, también reduce el número de sustancias tóxicas que ponemos en contacto con nuestra piel, salva la vida de miles de animales que ingieren plástico o se quedan atrapados en él, o mejora nuestra salud al no terminar en el estómago de animales que suelen acabar en el plato.
Una vez empieces, posiblemente empieces a ver plástico por todas partes. En tu baño, en tu salón, en la tienda de la esquina y entre la multitud al pasear. Lo importante es perseverar y no dejarse abrumar; ¡con pequeños pasos, a tu propio ritmo, puedes llegar muy lejos!
¿Te animas a desintoxicarte de una vida plastificada? ¿Qué cambios has hecho tú? No dudes en decírmelo en los comentarios : )