Y es que el evento más importante e internacional de moda de Barcelona ha mostrado una gran valentía y responsabilidad social subiendo a la pasarela estos conceptos, con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía, pero también a la industria de la moda, acerca de la necesidad de relacionarnos de una manera más ética y humana con la ropa que vestimos. Y de lo maravilloso que este proceso puede ser.
Lo ha hecho acogiendo una segunda edición de 080 Reborn, el desfile dedicado a la ropa de segunda mano impulsado por el Consorci de Comerç, Artesania i Moda (CCAM), con el apoyo de la Agència de Residus de Catalunya (ARC) y Girbau LAB, el espacio de innovación colaborativa de Girbau.
Si en la pasada edición, Fermin + Gilles, estilistas del desfile, nos sorprendían con una propuesta maravillosa de outfits creados a partir de ropa rescatada de tiendas de segunda mano y vintage, en esta ocasión han dado un paso más allá y han recurrido al denim, al upcycling y al baile para hacernos reflexionar acerca de cómo podemos llegar a alargar la vida de las prendas que hay en nuestros armarios con creatividad y afecto.
El resultado ha sido una performance protagonizada por el Ballet de Barcelona que, vistiendo los outfits ideados por Fermin + Gilles y creados a partir de retales de denim procedentes de gestoras de residuo textil como Humana y Solidança y confeccionados por asistentes a talleres de formación y trabajo, nos han mostrado que el compromiso con el medioambiente no es incompatible con la moda y la vanguardia. Es más, me atrevería a decir que nos han demostrado que, como respuesta al momento planetario que vivimos, el trabajo creativo del siglo XXI pasa por saber enamorar y sorprender con lo que ya existe.
Con muchas ganas de la próxima edición de 080 Reborn. El listón está muy alto, pero las posibilidades de innovación en torno a la circularidad en el sector de la moda son enormes. Maravilloso reto.