Pero desde So Good So Cute nos hemos acercado a Fermin y Gilles por uno de sus últimos proyectos y que, en sus propias palabras, “seguramente ha sido el más estimulante”: la creación de Reborn, el desfile de ropa de segunda mano que les ha encargado la 080 Barcelona Fashion con el objetivo de sensibilizar y promover el consumo responsable también en la moda, a la vez que dignificar su reutilización. En unos días veremos el resultado de la segunda edición de esta pasarela, en esa ocasión dedicada al reciclaje y el upcycling.
En nuestros veinticinco años trabajando hemos llevado a cabo proyectos muy dispares y enriquecedores. Pero este trabajo ha sido casi como un regalo, un momento profesional muy bonito. No se trata de un encargo convencional. La segunda mano y la reutilización forma parte de nuestro día a día profesional, aunque muchas veces no se vea. Pero poder construir un desfile centrado en estos parámetros, ha sido maravilloso. Pero también un verdadero reto. El objetivo de Reborn es dignificar la ropa de segunda mano y su reutilización, de manera que la selección de prendas y los estilismos tenían que ser más que excelentes. Por otra parte, nosotros hemos querido aprovechar el proyecto para salir de lo evidente. En el caso de la primera edición, por ejemplo, centrada en la segunda mano, no queríamos quedarnos en la utilización de prendas de grandes firmas encontradas en tiendas vintage. Queríamos crear estilismos con prendas más convencionales.
– Reborn es un caso aislado, ¿o en los proyectos editoriales y campañas de moda se trabaja también con la segunda mano?
Nuestro recorrido profesional nos ha permitido trabajar en proyectos muy distintos y, ciertamente, en la gran mayoría se trabaja con la segunda mano, principalmente para optimizar recursos. Y, por supuesto, para cuidar del planeta. Incluso tenemos alguna editorial en la que la totalidad de las prendas han sido de segunda mano.
– Pero me da la sensación que esta normalización de la segunda mano que vivís entre profesionales, no ha llegado a los armarios de la mayoría de hogares.
Rotundamente, no. Y, sobre todo en España, la introducción de la segunda mano en el consumidor final está muy verde.
“En España, la introducción de la segunda mano en el consumidor final está muy verde”.
– ¿Por qué?
Básicamente es un tema cultural. Por un gran periodo de tiempo, España vivió cerrada en sí misma y con mucha escasez. De esta manera, la segunda mano se convirtió en algo caritativo, y eso todavía se transpira. La gente lo quiere todo nuevo. Barato, pero nuevo.
– ¿Y qué se puede hacer desde la industria para revertir esta situación?
En primer lugar, es importantísimo educar y sensibilizar. Sabemos que en las escuelas ya se está haciendo bastante, pero a nivel de ciudadanía todavía queda trabajo. Iniciativas como Reborn o este ciclo de entrevistas que estáis realizando, son muy importantes, pero necesitamos más. Hemos vivido, más veces de las que nos gustaría, conversaciones en las que nuestro interlocutor asegura que le da asco vestir ropa de segunda mano. Y esta visión debe cambiar.
“Es importantísimo educar y sensibilizar a la ciudadanía respecto a la segunda mano y la reutilización”.
– ¿Qué más se puede hacer?
Para cambiar esta percepción, es muy importante el cómo se presenta la ropa de segunda mano al consumidor. En este sentido, las empresas que se dedican a la comercialización de estas prendas deben realizar un esfuerzo extra en dignificar este aspecto. Higienizándolas, planchándolas y mostrándolas de una manera atractiva. Las tiendas de ropa de segunda mano tiene que ser apetecibles, deben oler bien, deben tener una buena iluminación y deben inspirar. Además, es importante que refuercen el mensaje de lo que significa para nuestro planeta reutilizar.
– ¿En Europa es distinto?
Sí. Ves tiendas muy cuidadas, donde todo está impecable. También se ve en las calles, donde los outfits combinan con total naturalidad prendas nuevas con prendas vintage. Aquí, en cambio, predomina consumir solo cosas nuevas porque sino pueden pensar que eres pobre.
“Las empresas que se dedican a la comercialización de prendas de segunda mano deben realizar un esfuerzo extra para dignificarlas”
– En España no queremos que se nos note que vestimos de segunda mano.
Obviamente, dependerá de la persona. Pero en general, si es ropa más convencional, se tiende a no querer evidenciarlo. La cosa cambia cuando se trata de piezas originales o más únicas, a la gente le gusta decir que las ha encontrado en una tienda de segunda mano o que las ha heredado. Es casi como haber ganado un premio, han conseguido algo especial y único y lo quieren manifestar.
– Aprovechando que últimamente habéis frecuentado muchas tiendas de ropa de segunda mano, ¿quién las visita?
Hemos detectado dos perfiles bastante distintos. Por una parte, aquellas personas que ves que buscan ropa que esté en buen estado y sea económica. Básicamente les mueve el precio. Por la otra, hemos visto a un público más joven; en realidad muy joven, que busca piezas únicas. Nos maravilló, por ejemplo, ver a un niño de no más de doce años pidiendo a su madre que le comprara una camiseta vintage de un equipo de fútbol y cómo la madre no entendía que ni prefiriera una de nueva. También mucha gente joven, sobre todo extranjera, buscando piezas únicas y especiales. Creemos que ahora falta que el conjunto de la ciudadanía sea el que entre en estas tiendas.
– Aún así, estamos viendo como los grandes de la moda están empezando a crear proyectos vinculados a la segunda mano. Será que hay mercado, ¿no?
Lo hay. Aunque también es cierto que la legislación europea les está obligando a diversificar sus modelos de negocio para ahondar en la circularidad de sus prendas. Y la segunda mano es una muy buena estrategia. Sea como sea, este tipo de iniciativas son muy buenas para conseguir esa educación y sensibilización de la población de la que hablábamos y esta dignificación de las tiendas de ropa de segunda mano.
“La legislación está obligando [a las marcas de moda] a diversificar sus modelos de negocio para ahondar en la circularidad de sus prendas. Y la segunda mano es una muy buena estrategia”.
– ¿La ropa de segunda mano tiene un precio justo?
La ropa tiene un valor y se tiene que evidenciar a través del precio. Aún así, visitando tiendas de segunda mano, hemos detectado que cuando se trata de prendas de marca, piezas únicas o de coleccionista, a veces el precio es algo elevado, lo que no ayuda a la democratización de esta ropa, y es que volvemos a la situación de que solo ciertas personas tendrán acceso a la prendas más interesantes.
– ¿Qué otras tendencias de circularidad estáis viendo aparecer en el sector de la moda?
Estamos viendo un importante auge del upcycling; es decir, recuperar prendas en desuso y modificarlas de tal manera que mejoren al original. Y la segunda edición de Reborn es un claro ejemplo de ello.
Y es que el upcycling también es una muy buena manera de alargar la vida de la ropa de segunda mano, vestirla con dignidad y además revalorizarla. Existen diseñadoras y diseñadores que están introduciendo prendas upcycling en el circuito de la moda, pero también es una técnica que puede desarrollar cualquier persona de manera individual, modificando aquella ropa que ya tiene en su armario y dándole un toque especial y único.
“Estamos viendo un importante auge del upcycling”.
– ¿Y la durabilidad, se va a convertir en tendencia?
Claramente, hacer la ropa más durable es uno de los elementos clave para incrementar su uso. Y la legislación también está apretando mucho en este tema. En este sentido tienen mucha experiencia las marcas de lujo europeas que fabrican no solo con unos altos estándares de calidad, si no en proximidad, ya que casi todo es made in Europe. Además, sus materias primas son muy selectas. Es curioso, por ello, cómo en sus estrategias comunicativas pasan bastante por alto estas cuestiones. Sería interesante que también les dieran más protagonismo, ya que ayudaría a una mayor sensibilización.
– ¿Y el fenómeno del fashion renting?
El alquiler de ropa es algo que lleva muchos años haciéndose para vestir en ceremonias o eventos especiales. Y en publicidad, de hecho, se ha utilizado siempre. Ahora estamos viendo cómo aparecen nuevas plataformas de alquiler de prendas más convencionales, pero la verdad es que desconocemos si puede funcionar. En nuestro entorno no hemos visto demasiada penetración de esta tendencia, pero suena interesante.
– Leo en vuestras redes sociales que “la reutilización en el sector textil es un mundo lleno de sorpresas aún por explorar”. ¿Os aventuráis a anticipar alguna de estas sorpresas?
Es muy difícil aventurarse porque todo cambia muy rápido, pero nos gusta imaginar un futuro en el que se siga disfrutando de la moda sin comprometer el planeta. En ese sentido, pensamos que la impresión 3D puede jugar un papel relevante. Sería interesante, por ejemplo, poder imprimir en casa, con filamentos compostables, prendas de ropa para las que se haya comprado una licencia de uso. Cuando ya no las necesitaras, podrías llevarlas a un lugar en el que las convertirían de nuevo en materia prima para nuevas impresiones.
“Nos gusta imaginar un futuro en el que se siga disfrutando de la moda sin comprometer el planeta”.
– Para terminar, ¿nos dais algún consejo para alargar la vida de las prendas que tenemos en nuestros armario a la vez que ganamos en estilo?
Lo principal es disfrutar del armario que ya tenemos, sacándole el máximo provecho. Y si nos aburre o vemos que alguna prenda nunca la usamos porque nos equivocamos al comprarla, pues utilizar el upcycling para reinventarla; quizás reconstruyéndola con otra de segunda mano o acudiendo a algún espacio de customización. Cada vez hay más propuestas en este sentido.
Muchas gracias Fermin y Gilles por vuestro tiempo y complicidad.
Esta entrevista forma parte de un espacio de debate impulsado por GirbauLAB y So Good So Cute que persigue generar reflexión y aportar luz a aspectos esenciales de la circularidad en la industria textil. Ver otros artículos publicados.
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