Siempre he pensado que las palabras pueden afectar de una manera drástica nuestros pensamientos y, consecuentemente, nuestras acciones. Como dijo Robin Williams en una de sus películas más famosas, "no leemos o escribimos poesía porque sea bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana, y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería... son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor... esas son las cosas que nos mantienen vivos".
Persiguiendo poesía es como me encontré el otro día con un cúmulo de poemas que hablaban sobre el cambio climático, entre otros temas medioambientales. Me gustó tanto la selección de palabras, la frivolidad de las imágenes, y la desesperación por la esperanza que encontré, que no he podido esperar a compartir unos pocos con vosotros. Los he adaptado al español yo misma, así que cualquier error o falta de ritmo es mea culpa. A pesar de todo, espero que os gusten. O que os disgusten. O que os sacudan. Que os hagan, pase lo que pase, pensar y sentir.
I. Vértigo, de Alice Oswald
Permíteme adelantarme y contarte los dos minutos de vida de la lluvia
empezando ahora mismo, labios abiertos, mirada sin párpados, fría, que todo lo ve
Cuando algo, pero no cualquier cosa, cambia su parecer como yo
y empieza a caer
en las pequeñas horas
Y la luz es todavía una alfombra voladora
sólo un poco blanquecina, entre mundos, como un ojo abriéndose tras una operación
Sin retorno
cada gota es una rápida decisión
un suicidio desde el bloque de torres de los cielos
Y durante los próximos diez segundos
la lluvia observa el suelo
Me ve revolviéndome, aquí,
como si estuviese esculpido de gachas;
Ve el jardín en el verde de su mente, ya bebiendo,
y la hierba alargándose
Establos...
Tal vez a mil pies por encima de mí
una especie de amarillez o frivolidad
como esas diminutas alteraciones que acarician las piernas de los nadadores
alza la lluvia ligeramente a la izquierda
No más que un flash de libre albedrío
hasta que las nubes cierran sus opciones y todo
el aire melancólico
se rinde al puro miedo y
...cae
Y yo que vivo en el sótano
a un nivel por debajo del mundo
con mis ojos en los insectos y mis oídos en las raíces
escuchando
Las siento en mis huesos, estas líneas rectas, muertas,
acercándose más y más a mi núcleo
Este es el sonido, esta es la misma planta
donde el Dolor y su Mujer viven
alzando la mirada.
II. Extinción, de Jackie Kay
Cerramos las fronteras, amigos; lo hicimos.
Ni árboles, ni plantas, ni inmigrantes.Ni enfermeras extranjeras, ni doctores; lo conseguimos.
Tomamos el control de nuestros asuntos. Sin aire fresco.
Sin pájaros, ni abejas, ni VIH; sin polos, sin polen.
Sin pandas, ni osos polares; sin hielo, sin cubitos de hielo.
Sin bosques amazónicos, ni follaje; sin Francia.
Sin ranas, sin sapos dorados, sin arlequines.
Sin verde, ni Bruselas, ni vegetarianos, ni lesbianas.
Sin emisiones de carbono frenadas, ni preguntas sobre el Co2.
Sin leones, ni tigres, ni osos. Sin público concertado para la BBC.
Sin zurdos chiflados, por favor. Sin clases políticamente correctas.
Sin clases. Sin lectores del Guardian. Sin lectores.
Sin emúes, sin la Union Europea, sin guerreros eco, sin euros.
Sin rinocerontes, ni zebras, ni sujetadores quemados, ni elefantes.
Lo cerramos. ¡Lo apagamos! Ya no hay inmigrantes... no hay inmigrantes.
No hay lloricas por el reciclaje o por el calentamiento global.
Hombrecito, mujercita: el mundo es un lugar peligroso.
Y ahora, dame una cerveza, querida. Desaparece de mi puñetera vista.
III. Nací en un mundo, de James Franco
Nací en un Mundo...
nací en un mundo
antes de que reciclar existiera,
antes de las guerras de petróleo,
cuando la mayor amenaza mundial
era la nuclear.
Lo único extinto
era el Dodo;
consumíamos y desechábamos,
para después ser sermoneados sobre
sequías y bosques amazónicos
que desaparecían.
Sobre los polos derritiéndose.
Luchábamos contra Irak
una segunda vez;
de tal palo tal astilla;
necesitábamos nuestro petróleo
-no queríamos
esos coches eléctricos.
Una vez llegó a haber
monstruos gigantescos que
caminaban por donde caminábamos nosotros;
la naturaleza se los tragó fácilmente.
O tal vez crees que
todo comenzó con Adán y Eva...
pero ellos también fueron echados
del jardín
como nosotros ahora,
con nuestras playas envenenadas
corriendo por las ciudades
y nuestra atmósfera
que aniquila.
Escribo un poema
y predico a los convertidos,
nos enviamos mensajes estridentes
a nosotros mismos,
sobre nuestro mundo, que muere:
1984, Blade Runner,
Armageddon, The Road.
No hay libro que haya leído
o película que haya visto sobre un futuro
en el que quisiera vivir.
Afortunadamente para mí,
estaré muerto antes que la Tierra,
pero me gustaría un lugar para
el chip de mi ordenador
en el que pudiera hacer click, y beep,
en clara y limpia felicidad.
Podéis leer los poemas originales en inglés aquí, juntamente con otros cuantos que hablan sobre el calentamiento global, la extinción masiva de las especies, y el maltrato hacia el planeta.