Había una vez un lugar donde la naturaleza era la protagonista de la vida y también de los juegos de los niños.
Los mayores conocían perfectamente su entorno y lo cuidaban
–La tierra les daba los alimentos que cultivaban; hortalizas, frutas, plantas para condimentar los alimentos, legumbres, cereales.
–El agua era un bien que aprovechaban al máximo; para el riego, para consumo propio, para los animales, del que dependía su supervivencia.
–El medio-ambiente al que respetaban y con el que se relacionaban; muy ligados a las estaciones, a los cambios lunares, al sol, a los fenómenos meteorológicos.
-Conocimientos que pasaban de padres a hijos como signo de supervivencia.
Hoy tenemos tanta información!! pero sin embargo conocemos muy poco el medio en el que vivimos ¿a que parece una contradicción?
Es momento de parar y reflexionar !
En casa con la familia, en el colegio, en tiempo de ocio, vacaciones; son espacios en los que los niños pueden aprender y amar la naturaleza.
1.-Preparando su propio semillero de plantas de hortalizas
2.-Comenzar a cultivar el primer huerto
3.-Creando un jardín con plantas aromáticas
4.-Observar los insectos que habitan en el huerto
5.-Organizar un pequeño invernadero
6.-Simplemente pasear por el campo, disfrutando de sus colores y olores
7.-Inculcar valores tan importantes como el
Respeto, Esfuerzo, Paciencia, Sensibilidad, Responsabilidad, Gratitud, Generosidad
Diferentes estudios de investigación, demuestran que los niños que viven en el campo, tienen menos enfermedades, se concentran mejor, son más observadores, son más imaginativos y auto-disciplinados, tienen mejor coordinación física, colaboran más en grupo …
Vamos por el buen camino ?