Estas son las fotos de las proyecciones que el fotógrafo y artista callejero Philippe Echaroux realizó sobre los árboles de la selva amazónica con el objetivo de llamar la atención sobre la deforestación y maltrato que sufre día a día. Los rostros pertenecen a algunos de los miembros de la tribu Suruí de Brasil.
Desde nuestras ciudades, vemos la naturaleza como un lugar al que ir de vacaciones, a desconectar de la velocidad de nuestro día a día, bonito, gustoso y, de alguna forma valioso, al nivel de otros monumentos artísticos e históricos que hacen más atractivo un país o región. Vemos la naturaleza como algo lejano y ajeno, que no tiene nada que ver con nuestro ajetreado día a día. Olvidamos que esconde otros rostros, los de los animales, plantas y humanos que viven en ella, y también los nuestros.
La belleza de las imágenes de Philippe Echaroux nos recuerda que, queramos o no, el planeta entero nos pertenece y nosotros le pertenecemos a él. No importa cuánto asfalto, contaminación y prisas pongamos de por medio. De él y de nosotros dependen nuestra salud y felicidad y la de todos sus habitantes.
Las fotografías forman parte de la exposición del artista titulada The Crying Forest que está teniendo lugar en la Galerie Taglialatella en París. El proyecto lo he descubierto en This is Colossal.
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