Mi primer reflejo fue cargar a Nico (mi perro) y llevarlo a mi cuarto para evitar que pisara algún vidrio, luego de eso en seguida recordé este video que había visto tiempo atrás. Me acordé que recomiendan salir de la habitación y ventilarla por unos 20 minutos.
Cuando una bombilla fría se rompe, puede esparcirse una mínima cantidad de mercurio por la habitación en forma de gotitas que caen al suelo junto con el resto de los trozos de la bombilla, mientras que si la bombilla está caliente, como fue mi caso, el vapor del mercurio metálico se extiende por toda la habitación. Por eso es importante airear la habitación, cerrar la puerta y abandonarla por unos 20 minutos.
Pasado el tiempo prudencial, puse en práctica las demás recomendaciones y esto fue lo que hice:
1. Busqué una caja que usaría para meter ahí la bombilla rota junto con el resto de los pedazos.
2. Bajé a la planta baja del edificio y busqué una hojas de publicidad, puse unas al fondo de la caja y con otras, me ayudé como si fuera una pala para recoger los pedazos rotos que estaban en el suelo.
3. Es recomendable usar guantes, pero como no tenía, me puse una bolsita pequeña en cada mano y procuré no tocar nada más que el papel con el que me estaba ayudando.
4. Con mucho cuidado, metí todos los trozos rotos en la caja, también la bombilla, las bolsas que había usado como guantes y encima de todo eso puse una hojas más como medida de precaución para evitar que se salieran los pedacitos de vidrio.
5. Con la ayuda de cinta adhesiva, recogí los trozos pequeños de vidrio y polvo que habían quedado en el suelo. Lo metí en la caja.
5. Al final de todo eso, limpié la zona con un paño húmedo que también deseché en la misma cajita.
6. Con cinta adhesiva transparente (que era lo que tenía a mano) cerré la caja y me aseguré de que quedara bien sellada en cada ranura.
7. Con un marcador escribí en las 4 caras de la caja: “BOMBILLO ROTO, MERCURIO”.
Una vez segura de que la cajita donde puse el bombillo estuviera bien sellada, la llevé al punto limpio más cercano, si vives fuera de España, consulta cuál es el lugar de recogida, pero por favor, recuerda no depositarlo con tu basura doméstica. Así como es importante para tu salud su correcta manipulación al momento de romperse, también es importante su correcta disposición para evitar futuros efectos en el medio ambiente y como consecuencia, el tuyo.
Toma en cuenta que las bombillas son también residuos especiales, si no estuviera rota, su disposición sería algo similar al de las pilas. Puedes encontrar recolectores de bombillas en diferentes puntos de la ciudad, similares a los de las pilas, como por ejemplo en los puntos limpios, si tienes duda, es mejor que te informes sobre el lugar correspondiente para tu localidad.
Una bombilla de este tipo contiene una cantidad ínfima de mercurio necesaria para su funcionamiento (aproximadamente un 0,005%) pero al multiplicarlas por todas las bombillas presentes en nuestro mundo moderno, sería una cantidad altamente nociva para el planeta y nuestra salud si esos residuos acabasen con el resto de la basura doméstica. En este caso, al estar rota la bombilla, ya no es solamente residuo especial sino peligroso, por eso es importante realizar todos los pasos anteriores (por extremistas que parezcan).
¿Qué sucede con las bombillas una vez llevadas a los puntos de recogida?
Las bombillas usadas y los tubos fluorescentes son tratados por organismos de reciclaje autorizados y especialistas en procesos de reciclaje de este tipo. Primero se lleva a cabo la etapa del lastre: separar el vidrio del plástico. Luego se separan el polvo y el mercurio. Se puede reciclar aproximadamente entre un 80% y un 93% de una bombilla. Los materiales restantes del proceso, son mayormente materiales plásticos que no pueden ser reciclados por la dificultad que tiene separarlos de los metales del lastre. Aún así, los materiales restantes pueden ser utilizados para generar energía.
Por todo esto es tan importante saber que una bombilla no debe tratarse como residuo normal y corriente. Lamentablemente la mayoría de estas bombillas se fabrican en países como China donde los estándares ambientales no son precisamente de alto nivel, además de que si bien nos ayudan a reducir costes en la factura de electricidad, a la larga, estaremos pagando un coste aún mayor debido al alto riesgo que representa su eliminación. Y esto lo digo porque las regulaciones actuales de muchos países estipulan el tipo de bombillas que podemos usar, pero pocas personas están realmente informadas sobre su correcta disposición y riesgos, no solo para nuestra salud inmediata sino a nivel de contaminación ambiental una vez que son erróneamente arrojados con el resto de la basura doméstica.
Hay cosas en las que, no es tan fácil conseguir alternativas más sostenibles, pero sin embargo te animo a que difundas esta información tan importante para nosotros y para el planeta.
Si tienes alguna información adicional, te invito también a que la compartas acá en los comentarios.