Muchas veces hemos hablado de los graves problemas ambientales que existen en China, producto de un crecimiento acelerado y nada sostenible. Problemas como la polución del aire, la contaminación de los cursos de agua, la dependencia energética del carbón entre otros.
El Gobierno Chino consciente de todo esto hace unos años comenzó un plan de acción para cambiar su matriz energética y comenzar a solucionar estos problemas. La Administración Nacional de Energía del país reveló que su producción de energía solar a conseguido doblar la potencia generada durante el 2016, alcanzando los 77.42 gigavatios a finales de año.
El país es ahora el generador de electricidad a partir del sol más grande del mundo en términos de capacidad. El método sólo evalúa la capacidad y no la generación de energía per cápita.
Ya que en la generación per cápita Alemania, Japón y los Estados Unidos estarían en la parte delantera. Sin embargo, el número es significativo para cualquier nación.
Incluso con esta enorme capacidad, la producción de energía solar en China hoy en día representa sólo el 1% de la producción total del país. Sin embargo, el gobierno planea agregar unos 110 gigavatios más en los próximos cuatro años, dando así un papel más importante a la tecnología. Esto ayudará a China a aumentar su consumo de energía obtenida a partir de combustibles no fósiles de su actual 11% al 20% para el 2030.
Por supuesto que es muy difícil competir con China en estas cifras, ya que el país tiene grandes regiones que son ideales para instalar parques solares y ademas es uno de los principales fabricantes de paneles y otras tecnologías necesarias para la instalación de estos parques. Sin embargo, este crecimiento ejerce presión sobre el resto del mundo.
Países como los EE.UU. pueden sentir que se están quedando atrás, sobre todo con las políticas que puedan proteger a la industria de combustibles fósiles en lugar de eliminarlos.
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