¡Abre tu armario y ponte manos a la obra!
1. Organiza tu armario
Vacía tu ropero, saca todo lo que tengas en la cómoda y revisa tus cajones. Elige un fin de semana que tengas tranquilo, porque es una labor que necesitarás hacer a conciencia y sin prisas. Coloca toda la ropa sobre la cama así tendrás una visión general de todo lo que hay en tu armario. Esta imagen quedará guardada en tu retina y se proyectará cada vez que digas “no tengo nada que ponerme”.
Haz dos montones y separa lo que utilizas de forma habitual de lo que nunca o casi nunca te pones. Pruébate cuanto necesites y revisa el estado de cada una de las prendas.
Si crees que es una misión imposible te recomiendo que le eches un vistazo al libro “La magia del orden” de Marie Kondo.
2. El montón de lo que no te pones
Colocate frente al montón de ropa que ya casi no utilizas y, una a una, reflexiona sobre por qué ya no la usas:
No te sienta bien
No coincide con tu estilo
Tiene una mancha insalvable
No te acordabas de que existía
Está deteriorada pero le tienes mucho cariño
Te da pena tirarla porque fue un regalo
Está pasada de moda
Reserva la ropa que esté muy deteriorada para hacer trapos. Al resto de prendas le iremos dando salida poco a poco.
3. Practica el trueque
Selecciona entre 5 y 10 prendas que estén en buen estado y utilízalas como moneda de cambio para renovar tu armario. Con la llegada del buen tiempo hay muchos mercadillos que incluyen una sección de trueque en sus actividades.
Además, también puedes organizar tu propia swap party en casa con amigos y familiares. Antes de tirar nada pregunta a tus conocidos si les puede interesar.
4. Échale imaginación
Saca el hilo, las tijeras, el pegamento y busca ese lado creativo que cuando eras pequeña/o encontrabas a todas horas. Si eres manitas y te gusta el DIY, en internet podrás encontrar un sin fin de propuestas para renovar tu armario sin gastarte un solo céntimo.
Yo desarrollé este tipo de habilidad allá por los años 90s cuando mi madre decía que los pantalones de mi hermano eran unisex. Me pasaba horas y horas escondida en mi cuarto descosiéndolos y cosiéndolos para que fueran más femeninos.
5. ¡Nos vamos de compras!
Antes de poner un solo pie en cualquier tienda te recomiendo que hagas una lista del tipo de prendas que necesitas para completar tu armario. Nuestra primera parada serán las tiendas y mercadillos de segunda mano que tienen un “yo que sé que qué sé yo” o lo que es lo mismo ¡me vuelven loca!. Es, sin duda, la mejor opción para tener un armario sostenible por un módico precio, y sin renunciar a la moda.
Además, puedes aprovechar la visita para vender esas prendas que ya no utilizas y están en perfecto estado.
Si buscas algo concreto, y que sea nuevo, lo más fácil será que te pases por alguna tienda de moda sostenible. También puedes ir a las tiendas fast fashion convencionales. Tranquila que no saltarán las alarmas cuando cruces la puerta. No estamos en contra de este tipo de tiendas siempre y cuando hagas un consumo responsable y no sean tu única opción. Visita, también, las tiendas de tu barrio porque muchos de estos comercios venden marca española y así estarás apoyando el comercio local.
6. Dona o recicla
Una vez identificado lo que no quieres o utilizas, las opciones de reciclaje son infinitas. Te proponemos algunas:
Deposita tu ropa en los contenedores que algunas marcas de moda tienen en sus tiendas (H&M, Intimissimi, Calzedonia, ZARA) e informarte del uso que le darán a tus prendas.
Colabora con el proyecto de la ONG Humana Fundación Pueblo para Pueblo.
Utiliza los contenedores urbanos de Madre Coraje.
Contacta con alguna asociación de tu ciudad y pregúntales si recogen ropa usada.
7. Compra con cabeza
Vivimos en una sociedad de consumo y muchas veces nos sentimos obligados a renovar nuestro armario con la llegada de cada estación pero te has parado a pensar ¿cuál es el coste económico, humano y ambiental de este comportamiento?. Cada vez nos importa menos la calidad de las prendas y compramos ropa casi de usar y tirar. No está mal darse un capricho de vez en cuando pero hazlo con cabeza.
8. ¿De dónde viene la ropa que compras?
Es importante saber dónde, quién y cómo se ha elaborado la ropa que vas a comprar. Rechaza todo aquello que esté fabricado bajo condiciones de trabajo inhumanas, que ponen en riesgo la salud de los trabajadores y que no son respetuosas con el medio ambiente. Apuesta por el comercio justo y lo “made in spain”.
9. Mira la composición de las prendas
Revisa las etiquetas para saber cuáles son los materiales que se han utilizado en su fabricación. De ello dependerá la calidad de las prendas y la esperanza de vida de las mismas. Apuesta por los tejidos naturales como el algodón, el lino, el bambú, la seda, la lana, el cáñamo e incluso por las prendas elaboradas con tejidos reciclados. Evita los materiales sintéticos que provienen de productos derivados del petróleo como el poliéster, el nailon, el acrílico o el spandex.
PD: No intentes tener un armario sostenible de la noche a la mañana. Es un proceso que requiere de tiempo. ¡No te obsesiones por llegar a la meta y disfruta del camino!
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