Ver un ratón atrapado por una trampa con pegamento es muy desagradable, aunque es mucho más impactante ver algún otro tipo de animal atrapado por el silencioso asesino de goma que por regla terminará abrazando a la victima hasta matarla. Una noche que me acerque a la pila para recoger un poco de agua en un vaso, observe con sorpresa y preocupación a un geco que había caído en una de esas trampas.
Estaba en el momento menos indicado, a la hora no indicada y en el cartón no indicado para él o ella… acto seguido conseguí unas tijeras, recorte con cuidado alrededor del reptil y especialmente alrededor de la cola con mucho cuidado para no partirla.
Luego con un cartón más reducido procedí a ponerlo dentro de un plato de plástico que sirvió como contenedor para la siguiente fase.
Me arme de un tipo de palanca plástica, harina y aceite.
Primeramente esparcí la harina alrededor del reptil con cuidado de no hacerlo con la cabeza, luego esperé un par de minutos y procedí a dejar caer aceite por encima del cuerpo y alrededor, lo deje escurrir
por debajo del animal y lo demás fue fácil con “la palanca plástica” que era una cuchara de medir café, fui ayudandole a despegarse del mortal elemento: primero las patas delanteras, cabeza y resto del cuerpo, extremidades inferiores y cola.
La operación rescate no tardo más de 20 minutos y fue todo un éxito.
Les recomiendo que la próxima vez que usted vea a un animalito en apuros siga estos consejos.