Cambia tu lista de la compra. Si tienes a mano alimentos que no son saludables, como los snacks fritos o la bollería industrial, es probable que termines sucumbiendo a la tentación. Por eso, si realmente te propones llevar una vida más saludable, el primer paso es cambiar tu lista de la compra. Elige productos frescos, preferentemente frutas, verduras y hortalizas. A la vez, evita los alimentos procesados y aquellos ricos en grasas y azúcares. Haz una limpieza a fondo de tu cocina para eliminar todos los alimentos que no encajan en tu nueva dieta.
Aprende a cocinar. Es difícil comer bien su no aprendes a cocinar ya que probablemente terminarás recurriendo a los platos precocinados, que casi siempre contienen una gran cantidad de grasas y sal. De hecho, es importante que seas consciente de que las diferentes formas de cocción no solo influyen en el sabor sino también en lo saludable que puede llegar a ser un alimento. Lo mejor es apostar por los alimentos a la plancha, cocidos al horno o al vapor.
Hidrátate con agua e infusiones. ¿Sabías que si la mayoría de las personas dejase de consumir gaseosas podrían perder 6 kilos al año? En sentido general, la mejor para mantenerse hidratados es apostar por el agua y, en su defecto, por las infusiones y los zumos de frutas, pero naturales ya que muchos de los zumos que se encuentran en los supermercados contienen demasiada azúcar. Si logras incorporar este hábito en tu dieta, ya tendrás mucho terreno ganado.
Duerme lo suficiente. Un estudio realizado en la Universidad de Colorado desveló que comemos y aumentamos más de peso cuando no dormimos lo suficiente ya que la falta de sueño provoca un desequilibrio en las hormonas que controlan el apetito. Por eso, uno de los hábitos más saludables que puedes poner en práctica es acostumbrarte a dormir de 7 a 8 horas diarias. De esta forma no solo evitarás la obesidad sino que también tendrás más energía cuando te levantes al día siguiente.
Haz ejercicio en grupo. Cualquier tipo de ejercicio es ventajoso para tu salud, pero se ha demostrado que los beneficios de entrenar en grupo superan con creces el entrenamiento en solitario. De hecho, las personas que entrenan en grupo no solo rinden más sino que también son más constantes ya que la presión del grupo les ayuda a no cejar en el empeño. Por eso, es conveniente que encuentres un deporte que te apasione y busques un grupo al que te puedas unir.
Disminuye el estrés. Llevar una vida sana no significa únicamente apostar por una alimentación equilibrada y practicar ejercicio físico, también debes ocuparte de tu salud mental. Por eso, es importante que reduzcas al mínimo tu nivel de estrés. Evita las situaciones tensionantes y aprende técnicas de manejo del estrés. Así evitarás el cansancio crónico y numerosas enfermedades provocadas por el aumento de los niveles de cortisol.
Ve paso a paso. El principal error que cometen los principiantes es querer cambiar demasiados hábitos a la vez. Sin embargo, si quieres cambiar muchas cosas al mismo tiempo te sentirás agobiado y probablemente abandonarás. Por eso se recomienda que elijas cada semana solo uno o dos hábitos. Por ejemplo, puedes comenzar eliminando el azúcar y a la semana siguiente los alimentos con harina refinada. Recuerda que a menudo no son los grandes saltos los que nos llevan lejos, sino pequeños pasos dados con perseverancia, día tras día.
Fuente: Cómo organizarte para comenzar una vida más saludable - Nutrición Saludable