La infancia es una etapa crucial para definir no sólo vuestro desarrollo corporal, sino también para crear consciencia de una alimentación sana y sustentable. De una buena nutrición depende que los órganos y huesos alcancen su potencial de crecimiento, dando paso a un adulto sano y menos propenso a padecer enfermedades.
El objetivo de iniciar la alimentación de los bebés con alimentos ecológicos naturales como verduras y frutas, será acostumbrar sus papilas gustativas al sabor natural de los alimentos, sin agregado de condimentos o aditivos artificiales.
Antes de preferir una compota comprada en el supermercado, la mejor opción será prepararla en casa con fruta cocida sola o con algún cereal para darle más consistencia. Si queréis conocer ideas para elaborar la comida de los peques de la casa, os invito a seguir leyendo.
El menú diario de un niño debe ser variado y con densidad nutricional, que cubra sus requerimientos de energía y nutrientes según la etapa de crecimiento en que se encuentre.
Tips para recrear un menú infantil
Lo primero que debéis tener en cuenta para elaborar la comida, es cuáles alimentos son tolerados y no tolerados por el niño. Muchas veces existen alimentos que a pesar de que sean naturales, no son bien aceptados por el intestino. Estos pueden afectar la digestión y absorción de nutrientes, dando lugar a la pérdida de peso y problemas de crecimiento.
Os recomendamos realizar una lista de alimentos. Escribe los alimentos con los que vuestro hijo(a), manifiesta alguna reacción negativa como:
-Alergias en la piel (dermatitis, erupciones, rosetones).
-Dolor de tripa (cólicos y gases).
-Diarrea.
-Dolor de cabeza.
Luego que sepáis que alimentos le caen bien al niño(a), podéis distribuirlos en las comidas. Hay que considerar que los alimentos procesados como jugos pasteurizados, compotas, cereales azucarados, bollería, galletas, embutidos, etc. Pueden ser prácticos, pero no aportan nutrientes y generan adicción.
La segunda recomendación es darle prioridad a los alimentos naturales como frutas, verduras, leguminosas, proteínas sustentables (pollo, huevos, tofu) y grasas (aceite de oliva, palta, cacahuetes, almendras).
Si queréis incluir galletas o tartas caseras, se pueden elaborar con frutos secos, semillas, panela, miel o stevia en lugar de azúcar refinada
Enrique Jacoby, asesor en Alimentación Sana y Vida Activa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), sostuvo: «El azúcar no es un nutriente esencial y hay evidencia sólida que muestra que en realidad puede ser perjudicial al contribuir al sobrepeso, la obesidad y la caries dental».
¿Cómo organizo las comidas de los chicos?
Para armar cada comida del día os sugerimos:
El desayuno debe aportar suficiente energía para que el niño rinda en sus actividades del día, por tanto, asegure que este incluya un alimento de cada grupo. Por ejemplo, panquecas de boniato y avena, fresas, un vaso de leche o bebida de coco.
Las meriendas deben consistir en pequeñas comidas que ayuden a complementar el menú, en ellas podéis incluir fruta, yogur, frutos secos, galletas, tartas o sorbetes caseros.
En la comida y en la cena, es importante que se incluyan proteínas como huevo, pollo, soja o leguminosas combinadas con arroz o patatas, de tal forma que pueda cubrir el requerimiento de proteínas que el niño necesita para formar sus músculos y crecer.
No debéis olvidar agregar en cada comida un poco de grasa como palta en cubitos, aceite de oliva para realizar un puré o aderezar vegetales, etc. La grasa permite el correcto funcionamiento de hormonas y desempeña un papel fundamental en el desarrollo cognitivo.
La ración que debe consumir cada niño debe ser personalizada, debido a que va a depender de su capacidad gástrica y de requerimientos calculados en base a la edad, estatura, y grado de actividad.
Es importante acudir a un nutricionista que realice estos cálculos y le indique las raciones más adaptadas para su pequeño. Sin embargo, a modo general, os recomendamos servir una cucharada sopera de cada uno de los alimentos por año de edad de vuestro hijo.
Ejemplo de menú para niños de 1 a 4 años
Desayuno: Huevo revuelto con trocitos de patata y zanahoria, batido de mango con leche de coco.
Merienda: Yogur y fruta.
Comida: Agua, crema de calabaza, arroz con guisantes y pollo desmenuzado.
Merienda: Galletas caseras y fruta fresca.
Cena: Agua, plátano macho con cubos de palta, y atol de avena.
La alimentación debe estar adaptada a cada etapa de la vida, los niños tienen demandas especiales. Su crecimiento y desarrollo depende de la alimentación, por lo que debéis planear cada comida con alimentos que garanticen su correcta nutrición.
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Luisa Flores l Redactor Especialista