Hay quienes suelen comprar desodorante antitranspirante con el fin de controlar ese olor, pero eso lo que hace es evitar que el olor fluya, dejando todas esas toxinas dentro del cuerpo, ¡nada bueno! si me preguntan a mí. La mayoría de los desodorantes comerciales y antitranspirantes se fabrican a partir de ingredientes químicos que han demostrado ser dañinos para nuestra salud y el planeta (aluminio, parabenos, fragancias sintéticas, triclosán, ftalatos, entre otros).
Hablo del planeta porque los desodorantes comerciales están llenos de químicos contaminantes que entran en contacto no solo con el aire sino también con el suelo y el agua a través de la basura… sí, la basura… ¡los envases! ¿sabes cuántos envases podrías dejar usar si hicieras tu propio desodorante? ¡muchísimos! Yo en lo particular soy fanática de reusar los recipientes de vidrio, pero si tienes algún envase de desodorante en barra que se te haya acabado, también lo puedes reusar.
Toma también en cuenta también que la inmensa mayoría de estos productos han sido experimentados en animales, ¡no se justifica tanto sufrimiento! Entonces, mejor optar por una opción más saludable para nuestro cuerpo, amigable con el planeta y libre de crueldad animal ¿a qué si?
A mi una de las cosas que más me gusta de hacer mis propios productos,es la satisfacción que se siente de haberlo hecho yo, es un sentimiento muy bonito, te ayuda a darle una mayor apreciación a lo que tienes.
La receta que uso actualmente es súper fácil, libre de ingredientes dañinos y sin una pizca de crueldad animal; además de ser totalmente personalizable:
Ingredientes:
3 cucharadas de aceite de coco
2 cucharadas de bicarbonato
1 cucharadas de arrurruz, maizena o alguna harina que se muy almidonada como la de arroz
1 cucharaditas de cera de abejas (opcional)
Aceite esencial de tu preferencia (opcional)
Nota: Para una consistencia más sólida, añade más bicarbonato o arrurruz; para que esté más blando, añade más aceite de coco.
Sobre los ingredientes y sus propiedades:
Aceite de coco: antibacterial, suaviza y da una textura agradable.
Bicarbonato: neutraliza olores.
Arrurruz, maizena o harina: ayuda a darle más textura de desodorante.
Cera de abejas: proteje las células de la piel, suaviza, es aintiflamatoria y antibacteriana. Ayuda a que mantenga su consistencia sólida sin importar la temperatura ambiental.
Aceite esencial: las propiedades varían según e aceite que uses, yo usualmente no le coloco más nada, pero como este se lo voy a regalar a mi mamá (y a ella sí le gusta) le añado unas gotitas de aceite de árbol de té: fungicida, cicatrizante, antibacteriano, combate las bacterias que producen el mal olor además de que huele ¡riquísimo!
Instrucciones:
1. Busca el recipiente donde lo vayas a preparar y añade el bicarbonato y el arrurruz, mezcla bien. Al principio lo hacía con arrurruz, pero como no es un ingrediente que use tanto en casa, lo he sustituido por harina de arroz.
2. Agrega el aceite de coco y mezcla bien hasta que quede una pasta homogénea.
3. Añade unas gotas de tu aceite esencial favorito (opcional).
En teoría, ya el desodorante estaría listo, pero tendrías el problema de que a altas temperaturas se pondría más líquido, por eso yo le añado la cera de abejas en el siguiente paso.
4. Derrite la cera y agrégala al resto de la preparación. Mezcla bien y colócalo en el recipiente de tu elección. Yo prefiero los botecitos de vidrio y luego untar directamente con la mano, como si fuera crema, pero también tengo envases de desodorante viejos, este se va en uno de esos envases (destinado al constante reuso).
5. Espera a que se endurezca completamente y disfruta de un desodorante super natural
Varios puntos adicionales que quiero mencionar:
Si haces el cambio de desodorante (muy especialmente si es antitranspirante), toma en cuenta que los primeros días puedes sentir que no funciona, esto se debe a que tu cuerpo necesita depurarse y expulsar todas las toxinas acumuladas.
Gran parte de nuestros olores son el reflejo de lo que ponemos en nuestro cuerpo. La comida altamente procesada, el alcohol, los refrescos, el tabaco, el azúcar e incluso la carne, tienen muchas tóxinas. Mientras que las frutas y vegetales son depurativos. Te recomiendo consumir perejil, albahaca, cilantro, espinaca, espirulina y otros alimentos ricos en clorofila; la canela y los clavos de olor también son muy conocidos por ayudar en estos procesos, y en general comer sano.
¡Muévete! haz ejercicio… no solo ejercitarse ayuda a tener (y mantener) una buena salud, sino que es una manera adicional de sudar, lo que se traduce en liberación de toxinas ¡Sudar es bueno!
Y ¡eso es todo! ¿te gustó la receta? ¿tienes alguna otra que te gustaría compartir? ¡Te espero en los comentarios!