La situación excepcional que está viviendo el planeta a causa del Covid-19 está teniendo un grave efecto en la educación de millones de menores en todo el mundo. La UNESCO estima que unos 1.200 millones de niños, niñas y jóvenes (el 91.4% de la población estudiantil mundial) se han visto afectados por el cierre de escuelas y universidades debido a las medidas para frenar la propagación del Covid-19.
Tras más de 20 años de trabajo con la infancia más vulnerable, desde Global Humanitaria hemos sido testigos de cómo las interrupciones en la escolarización ponen en riesgo tanto la adquisición de competencias futuras como la propia vuelta al colegio. Ana Beatriz, profesora en Guatemala, nos relataba su frustración durante el cierre de su escuela: “Sentía mucha impotencia de saber que mis alumnos no tenían ningún progreso porque en sus casas no cuentan con energía eléctrica y mucho menos un teléfono inteligente, ya que son de escasos recursos”.
Por eso, reclamamos más compromiso con la educación en los presupuestos de cooperación internacional dedicados a mitigar los efectos del Covid-19. Y no estamos solos. El pasado 8 de septiembre se reunieron los ministros de Finanzas en las Naciones Unidas para debatir sobre la financiación para el desarrollo en la era del Covid-19, y su conclusión fue muy clara: hay que dar prioridad a la inversión en educación para los países con menos recursos.
La UNESCO también advierte que el déficit de financiación para alcanzar el ODS4 en los países más pobres podría aumentar a 200.000 millones anuales a causa del Covid-19 si no tomamos medidas urgentes. Actuar ahora en lugar de después podría reducir el costo potencial del Covid-19 en la educación en un 75%.
La educación se está viendo especialmente dañada en aquellos países donde se hace difícil un programa estatal de reorganización de los estudios o en zonas donde el aprendizaje online es prácticamente imposible por la falta de medios. Y volver a clase tras la pandemia, requerirá de inversiones adicionales: programas de recuperación, refuerzo y apoyo; medidas de distancia social, desinfección e higiene
Cualquier retroceso en materia educativa lo será también en otros derechos fundamentales. Como declaraba Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, “a menos de un decenio del plazo fijado para cumplir el ODS4, el mundo se enfrenta a una crisis de financiación de la educación que amenaza con agravarse aún más con la pandemia de la Covid-19. Generaciones enteras están en riesgo, en particular los más vulnerables”.
Estos son los seis motivos por los que pedimos al Gobierno que no escatime esfuerzos para dar prioridad a la inversión en la educación como bien público mundial:
La UNESCO advierte de que el déficit de financiación para alcanzar el ODS4 en los países más pobres podría aumentar a 200.000 millones anuales a causa del Covid-19 si no tomamos medidas urgentes.
Se estima que entre 42 y 66 millones de niños podrían caer en la pobreza extrema como resultado de la crisis de este año, lo que se suma a los 386 millones de niños que ya estaban en la pobreza extrema en 2019.
Se estima que, a nivel mundial, más de 365 millones de niños y niñas de escuela primaria no están recibiendo alimentación escolar debido al cierre de las escuelas. En los hogares más pobres, la pérdida de este beneficio tiene un impacto negativo en los ingresos y la seguridad alimentaria.
Niños y niñas corren el riesgo de perder la protección de vitaminas y micronutrientes fundamentales que recibían de las comidas escolares. Dejan además de recibir las actividades complementarias de prácticas de higiene o salud sexual y reproductiva.
Apartar a los niños de la escuela aumenta las posibilidades de que los niños sean testigos o sufran violencia y abuso así como verse forzados a realizar trabajos en malas condiciones o ser víctimas de las mafias.
Uno de los mayores impactos de la educación es que permite la movilidad socioeconómica ascendente y es clave para reducir las desigualdades, así como favorecer la igualdad de género.
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Si tú también quieres colaborar para que miles de niños y niñas en todo el mundo puedan acceder a su derecho a una educación de calidad, firma nuestra petición y pídele al Gobierno de España que dé prioridad en sus presupuestos de cooperación internacional a la inversión en educación.