Desde el momento en que nos levantamos y comenzamos nuestra rutina diaria, lo hacemos con plástico, desde el cepillo dental plástico hasta la pasta dental que viene en un tubito plástico. Es un hábito que se nos enseña desde muy pequeños y que es terriblemente dañino para el planeta.
Yo soy de esas personas que cuido mis dientes, no soy extremista y ni siquiera hago caso a la recomendación de cambiar mi cepillo cada 3 meses, lo cambio cuando ya está en sus últimos días, cuando está muy despeinado.
Hace más de un año comencé a hacer mi propia pasta dental, misma época en que siguiendo el blog de Lauren Singer vi entre sus alternativas los cepillos dentales de bambú, busqué en internet y al poco tiempo ya me encontraba lavándome los dientes con mi cepillo de bambú 100% compostable.
Hay muchas marcas y es un mercado en crecimiento. Cuando estaba en proceso de elegir el mío no solo me fijé en precio y opiniones de usuarios, también investigué sobre las empresas que lo ofrecían. Tomé las 3 con mejores reseñas y comencé a enviar mails con preguntas, no estaba dispuesta a comprar un producto del cual no me sintiera segura de apoyar… hay que recordar que nuestro dinero tiene voto y quería estar segura de a quién estaría apoyando.
Esta es una traducción de las preguntas y respuestas de la marca que elegí:
1. ¿El cepillo es completamente biodegradable? Sí, incluyendo las fibras de las cerdas que pueden ser removidas con unas pinzas y arrojar junto con la pila de compostaje.
2. ¿Es un producto FairTrade (comercio justo)? No se aplica un estado de comercio justo para el bambú, sin embargo nuestro bambú proviene de fuentes responsables de cosecha y agricultura privada.
3. ¿Qué tipo de bambú utilizan? Es un tipo de bambú no consumido por el panda.
4. ¿Causa algún impacto en la fuente de alimentos de los osos panda? No, bajo ningún concepto pone en peligro su supervivencia.
5. ¿La empresa está dando algo de vuelta a los osos panda o al ambiente? (donaciones, apoyo a alguna organización sin ánimos de lucro o similar). La retribución que hacemos es alentar a la gente a ser “más verde”. No somos una empresa grande que pueda dar ayudar financieras pero trabajamos de la mano con la Sociedad de Conservación Marina de Reino Unido para promover el uso de productos naturales. Animamos a la gente a vivir libre de plásticos durante un mes. También apoyamos a grupos pequeños y donamos cepillos dentales a personas de bajos de recursos.
6. La bolsita blanca donde viene el cepillo, ¿es también biodegradable? Sí, está hecha a base de cera o fibra vegetal (ambos compostables). Si bien todos nuestros empaques son biodegradables, actualmente estamos trabajando para reducir volúmenes de nuestros empaques.
Así que de 3 elegidas, esta fue la empresa que me hizo sentir más satisfecha con sus respuestas, compré sus cepillos, tengo más de un año usándolos y ¡estoy muy contenta! Contenta de saber que mi bienestar y salud bucal no compromete al planeta; de saber que una vez cumplida su función de cepillo no será un desperdicio más ya que puede ser compostado o reusado para proyectos DIY o de jardín.
Mi opinión general sobre el cepillo:
– Cumple su función de manera satisfactoria.
– Es suave, gentil y se siente agradable.
– Recomiendo secarlo después de su uso para evitar moho, al igual que recomiendo hervirlo de vez en cuando un par de minutos (esto lo hacía también con los cepillos plásticos una vez al mes).
– Su durabilidad creo que depende del uso que le de cada persona, yo no me cepillo muy fuerte pero David tiende a masticar los cepillos. A mi un cepillo de bambú me dura unos 5-6 meses, lo cambio cuando siento que las fibras de las cerdas comienzan a desprenderse.
– El empaque lo echo en el compostero, las cerdas las arranco con las manos o unas pinzas y van también al compostero, y el palito de bambú lo uso para mezclar pinturas, para sostener o marcar plantitas.
¡Dientes sanos y planeta feliz!
¿Conocías sobre los cepillos de bambú? ¿lo has usado? ¿qué opinas de ellos? ¿conoces alguno otro cepillo que sea más sostenible?… ¡Te veo en los comentarios!