Para entender la historia de la construcción de la presa hay que remontarse miles de años antes, cuando se formaron las rocas calizas que son el material con el que está construida. Estas rocas se formaron hace aproximadamente 65 millones de años y contienen minerales y fósiles que nos hablan de climas tropicales y de un mar cálido con playas. En la época de los grandes reptiles y los dinosaurios Patones era una zona marina cercana a la costa donde se formaron las rocas calizas. En el pontón de la oliva se pueden ver fósiles de rudistas que formaban arrecifes en mar de tethys, antiguo Mediterráneo. Gracias a ellos se sabe cómo fue esta zona hace millones de años.
Con el tiempo, el paisaje cambió, desapareció el mar, hubo un levantamiento de la cadena montañosa y se encajó el río Lozoya. En su encajamiento al pasar por las calerizas formó en el pontón de la oliva un barranco de 80 – 90 metros de profundidad habitado por hipopótamos, macacos y hermanos prehistóricos de las hienas.
Mauricio Antón
Miles de años después, a mediados del siglo XIX, siendo Ministro de obras públicas Bravo Murillo, comenzaron los estudios para realizar la primera presa de abastecimiento a los cerca de doscientos mil habitantes de Madrid. Se seleccionó el río Lozoya como el más adecuado y el lugar elegido fue precisamente el Pontón de la Oliva porque pareció lo suficientemente elevado para realizar las conducciones con éxito. Las obras comenzaron en 1851 y durante su construcción trabajaron obreros y presidiarios de las guerras carlistas. Hay una leyenda que cuenta que las argollas que aparecen en la pared izquierda del balconcillo era donde se encadenaba a los presos y que las cruces que aparecen en todas las paredes se hicieron en conmemoración de los caídos.
Cuenta otra leyenda que durante la época de la construcción existía un poeta muy reconocido del Atazar al que se pidió que recitara un poema para la inauguración y que decía así…
Todo aquel que haga un pantano
en piedra de calizal,
el agua se va a filtrar
la prueba tengo en la mano
Durante las propias obras ya comenzaron a producirse infiltraciones a causa de la naturaleza permeable de los materiales sobre las que se construía (calizas, yesos y arcillas). Posteriormente se realizaron construcciones accesorias para frenar las pérdidas de agua de la presa. Como la presa del Villar (aguas arriba del Lozoya) en 1882 y un canal que enlazaba con el canal de la presa del Pontón de la Oliva y que se denomino Canal de la Parra. Al final se opto, en 1904, cuando el nivel del embalse enraso con la solera de la torre de toma, por inutilizarla para el aprovechamiento hidráulico porque no era económicamente rentable.
A pesar de los problemas de infiltraciones no hay que menospreciar el valor arquitectónico de la presa y sus construcciones. Algunos edificios son experimentos de construcción, como la casa de la mina de limpia que cuenta con una cubierta de bóveda plana. Es un juego de geometría, una construcción tan singular que existe una maqueta de la almenara en el Museo de la Ciudad de Madrid.
El pontón de la Oliva es un lugar destacado de Patones, por su patrimonio, su historia y leyendas y el enclave natural. Os dejo una selección de los blog donde he encontrado información más interesante del pontón de la oliva:
De otro tiempo
Urban Idade
Camino a Uceda
Rutas con historia
Fuentes bibliográficas
Geolodía 2016: pontón de la oliva
Evolución geológica del karst y paleoambientes cuaternarios en el macizo de Patones-cerro de la oliva (Madrid)
Caleras y yeseras del Canal de Isabel II en la zona del pontón de la oliva
Patones: itinerarios didácticos
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