Extraído de las semillas de un cactus originario de México (el Opuntia Picus-Indica) muy abundante en toda la cuenca del Mediterráneo y Norte de África, se le conoce también como chumbera, nopal, tuna, higo mexicano, choya, pita, higuera de pala, y algún que otro nombre más.
Respecto a Najel, os diré que es una marca totalmente especializada en cosmética natural y ecológica, a base de aceite de oliva y aceite de bayas de laurel. Dicen ser (y son) los fabricantes del auténtico jabón de Alepo certificado por Ecocert, y elaborar sus cosméticos con métodos tradicionales y artesanales, siempre respetuosos con el medio ambiente.
La sede social la tienen en Francia, pero las dos plantas de producción están en Siria, concretamente en Alepo y Afrin.
Me he preguntado (y seguro que más de uno se preguntará) cómo les está afectando la guerra civil en la que se encuentran inmersos desde 2011. Para mi sorpresa, indagando indagando por internet, me he encontrado con una nota de la empresa a los clientes informándonos de la situación actual, de lo que ha supuesto el conflicto bélico en su producción 2013/2014. Os adelanto que, a pesar de la escasez de algunas materias primas (como el aceite de laurel) y de todas las adversidades con las que se encuentran día a día, ahí siguen, luchando por salir adelante, que no es poco...
¿Qué nos dice la marca sobre el producto?
El aceite de semillas de higo chumbo es un aceite virgen de primera presión en frío, un verdadero elixir de juventud natural apreciado por sus propiedades regeneradoras y antienvejecimiento.
Devuelve la flexibilidad y elasticidad a la piel y se utiliza tanto para la cara y el cuerpo, como el pelo y las uñas. Apto para todas las pieles, incluso las más sensibles.
Gracias a su alto contenido en vitamina E y ácidos grasos esenciales, lucha contra la resecación y el envejecimiento de la piel gracias a sus cualidades nutritivas y reafirmantes.
Sus numerosas virtudes, son las aliadas de las mujeres beréberes que lo utilizan para hidratar y proteger su piel en el desierto.
INCI: 100% Opuntia ficus indica seed oil.
Mi opinión sobre el producto y su composición
Como único ingrediente, el aceite de semilla de higo chumbo, sin más, sin ningún otro aditivo ni conservante. Eso me gusta.
He visto en la web que un 30% de los productos Najel están testados y certificados por Ecocert Greenlife, aunque a éste por desgracia, no le haya tocado y eso no me gusta.
¿Por qué tenía yo ganas de probarlo? ¿Qué le hace a mi parecer tan atrayente e irresistible?
Para empezar, ¡ojo al dato!, se considera 3 veces más hidratante que el aceite de argán (y mira que el aceite de argán es ya muy, pero que muy hidratante). Para continuar, su riqueza en ácidos grasos (ácido oleico, linoleico, palmítico?), vitaminas (vitamina E sobre todo) y minerales. Y para finalizar, las fabulosas propiedades que se le atribuyen desde la antigüedad (por algo será, ¿no?) para prevenir y tratar los signos del envejecimiento de la piel: efecto lifting regenerador, disminución de arrugas, alisado de contorno de ojos. Un verdadero sérum de belleza.
Y no todo queda ahí, resulta que es un aceite multiusos, de esos que pueden actuar en varios frentes: eficaz para reforzar uñas (mediante masaje diario), fortificar y estimular el crecimiento del pelo (usándolo de mascarilla y dejándolo actuar 10-15 minutos), como hidratante de pies, manos, y en general cualquier parte del cuerpo, antiestrías (mejor unido al aceite de argán) y para mejorar el aspecto de las cicatrices ¿Quién da más?
Todo esto está muy bien, pero ¿Cuál ha sido mi experiencia real con el aceite de cactus?
Antes de contaros mis impresiones, quería divagar un poco y hacer una reflexión que para mí es muy evidente en todos estos productos antiedad, que te prometen el oro y el moro. ¿Realmente hay alguna forma de conocer con certeza la evolución de esas pequeñas arruguitas que empezaron a aflorar hace poco, o de aquellas que te surcan hace lustros, habiendo usado tal o cual producto, respecto a no haber usado ninguno? Creo que no, no la hay. Para ello, evidentemente haría falta un uso reiterado en el tiempo y una comparación que nunca obtendremos.
Porque nunca vamos a ver desaparecer una arruguita o una línea de expresión, ni tan siquiera atenuarla, al menos eso pienso yo. Pero igual estoy equivocada?
Por eso, lo único que podemos hacer es, en base a los ingredientes y propiedades atribuidas a los mismos, decidir si merece o no merece la pena, si queremos o no queremos usar un determinado producto.
Y yo, después de usarlo durante casi un mes, tengo claro que en este caso ¡sí quiero! Porque desde la primera vez que lo probé, este aceite me encanta y estoy convencida de que en adelante, este aceite va a formar parte de mi rutina cosmética más o menos diaria.
Packaging y precio
El envase de 80 ml de plástico, con dosificador, dispensa la cantidad óptima, ni mucho, ni poco. Su precio es de 14,90 euros. Puede parecer caro, pero considerando lo poquito que hay que ponerse cada vez, puede durar mucho.
Textura y aroma
Estoy bastante acostumbrada a utilizar aceites vegetales. Resultan un poco incómodos por la sensación grasa que dejan en la piel, pero los considero un verdadero regalo de la naturaleza.
Aunque con éste, he notado bastante diferencia porque se absorbe mejor y más rápidamente que otros, dejando la piel ligeramente satinada, muy hidratada. Aún así, no deja de ser un aceite?
El olor es peculiar, de esos que cuesta describir con palabras. Eso no quiere decir que sea malo, al menos para mi gusto (ya sabéis que eso de los olores es muy subjetivo). Lo describen habitualmente como ácido, aunque en todo caso yo especificaría "levemente ácido", como a heno seco, que según pasa el tiempo se va volviendo más dulzón, incluso con cierto toque anisado. En cualquier caso, para bien o para mal no es demasiado intenso, ni dura demasiado en la piel.
Cómo usarlo y rendimiento del producto
Me aconsejaron usarlo con la cara humedecidaporque así se facilita su absorción. Por eso, yo me lo suelo poner al salir de la ducha y muchas veces también por la noche, a modo de sérum, antes de alguna crema hidratante (otras veces sin la crema, sólo el aceite).
Extiendo dos pulsaciones del dosificador en la palma, me froto las dos manos y masajeo suavemente cara, cuello y escote.
La sensación que queda en la piel es de confort, de suavidad, de máxima hidratación.
Me ha faltado probarlo en el pelo, pero no tardaré mucho en hacerlo (cuando vea resultados, ya os contaré)
¿Dónde comprarlo?
En la tienda física que tiene Cosnatura en Móstoles (Madrid), o bien pidiéndolo por Internet en su página web (gastos de envío gratis a partir de 50 euros). Si todavía no has leído la entrevista que nos permitió conocerles un poco más, aquí puedes hacerlo, ¡no te la pierdas!
¿Qué le pido a mi aceite nutritivo ideal?
No sé vosotras, pero yo busco que me aporte:
Máxima hidratación y nutrición (lo cumple).
Protección frente a los radicales libres y efecto antienvejecimiento (lo cumple).
Absorción completa y rápida (lo cumple en mayor medida que otros, pero aún así, un aceite siempre será un aceite).
Olor agradable y suave, que no perdure demasiado tiempo (lo cumple a medias. Como ya os he explicado más arriba, su aroma es particular, pero suave. Si fuera un poco más intenso podría quizás llegar a resultar desagradable, pero no es el caso. De hecho cuanto más lo uso, más me gusta, sobre todo el tono anisado y dulzón que queda después de un tiempo. Pero soy consciente de que a más de un@ pueda no entusiasmarle).Por ello, analizándolo todo en su conjunto,
Le doy un pedazo de...
Publicado por Marian.