Imagen: Organicus
Entonces, sino le funcionó, ¿qué ha cambiado para que ahora tenga al coco en un pedestal y sea su amigo inseparable? Pues que por lo visto no sirve cualquier aceite de coco, ni cualquier forma de aplicación, por eso, os detallo las instrucciones precisas para que el tema funcione. Empecemos por el aceite: por supuesto este debe ser no fraccionado (sólido a temperatura ambiente), y aquí viene la clave, tiene que ser VIRGEN y de la PRIMERA PRENSADA EN FRÍO. Que sea virgen significa que sólo ha sido extraído mediante métodos mecánicos, sin añadir ningún químico para refinarlo, y el prensado en frío garantiza una extracción en la que no se han superado los 40ºC, por lo que se mantienen todas las propiedades nutritivas del aceite. El olor a coco de este aceite es increíble. Ella lo compró directamente en un supermercado ecológico en el que lo vendían para cocinar (200 ml unos 5?, si queréis la marca os la paso por privado).
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En cuanto al modo de aplicación: ella se embadurna con el aceite todo el pelo (en seco), se hace una coleta, se la cubre con una toalla a modo turbante y se lo deja una media hora. Luego, lo retira en la ducha con la ayuda de un champú suave y listo. Suele repetir el proceso entre una y dos veces a la semana y doy fe que su cabellera ha cambiado. Así es que ya sabéis, por probar? ya me contaréis como os funciona si lo hacéis.
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Aviso para navegantes: abstenerse personas con pelo fino y graso. Lo podéis utilizar como mascarilla de vez en cuando, pero sólo en puntas y de forma muy espaciada porque corréis el riesgo de que el pelo quede muy graso y lacio.