Según los investigadores, los ácidos omega-3 están vinculados a la reducción de las enfermedades cardiovasculares, mejora del desarrollo y la función neurológica y una mejor función inmune. El cambio hacia la carne orgánica sería en cierto modo mejorar la ingesta de estos nutrientes importantes. De esta manera, un cambio de convencional a orgánica elevaría el consumo de grasas omega-3 sin aumentar las calorías y grasas saturadas indeseables.
En el estudio se vieron altos niveles de vitaminas solubles en grasa como la vitamina E y los carotenoides y un 40 por ciento más de ácido linoleico conjugado (CLA) en la leche orgánica. Además, se pudo demostrar que aquellos perfiles de grasa más deseables estaban en la leche orgánica, y relacionadas con el pastoreo al aire libre y una baja alimentación de concentrados en la dieta diaria. Los médicos del estudio reafirman que quienes beben leche y carne orgánica lo hacen por tres razones principales: la mejora del bienestar de los animales, los efectos positivos de la agricultura ecológica en el medio ambiente y los beneficios para la salud percibidos. Aunque no acaban de saber bien los efectos nutricionales que puede conllevar su ingesta.
En el estudio también se ha comprobado un 74 por ciento más de yodo en la leche convencional, un mineral que se recomienda. Las mujeres embarazadas y lactantes tienen un requisito de yodo más alto (250 mg/día) y, por lo tanto, presentan mayor riesgo de deficiencia de yodo.
Este trabajo ya había estado empezado en otros países y ha contado con expertos de Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Italia, Suiza, Noruega y Polonia, quienes investigaron la composición de los cultivos orgánicos y convencionales. Como resultado total se ha dado que cultivos orgánicos y alimentos basados en estos cultivos contienen hasta un 60% más de una serie de antioxidantes clave que los cultivos convencionales, además de menos cadmio.