¿Qué necesitamos?
6 sobres infusores de henna rojo.
500 ml de agua destilada u osmotizada.
1, 5 limones.
Un chorreoncito de vinagre de manzana.
Unas gotas de aceite esencial de lavanda.
¿Cómo se hace?
1. Hemos utilizado estos sobres infusores pequeños porque son los que normalmente usamos para preparar nuestras infusiones y tés, pero no son fáciles de encontrar en el mercado (de hecho yo los compré en China), pero si los hay de tamaño grande que los venden en muchas herboristerías y tiendas de tés. Si consigues los grandes tendrías que añadir la misma cantidad pero necesitarías menos sobres, claro está.
2. Los rellanamos del polvo de henna y lo sellamos con calor. Nosotras utilizamos una plancha pequeña de viaje que lo cierra perfectamente.
3. Calentamos el agua hasta que hierva y después la dejamos reposar un minuto para que baje un poco la temperatura.
4. A continuación agregamos los sobres (que se hincharán inmediatamente), agregamos el zumo de los limones exprimidos, el vinagre, el aceite esencial y lo tapamos.
5. Dejamos la infusión reposar como mínimo 12 horas, removiendo de vez en cuando. Comprobaremos como la henna va soltando su pigmento y coloreando el agua cada vez mas.
6. Al día siguiente exprimimos un poco los sobres en el agua y colamos la mezcla en un bote con vaporizador para echarlo en el pelo una vez lavado. No hay que enjuagarlo después, el olor no es desagradable.
Con toda esta loción que hemos preparado tenemos para muchas aplicaciones. Nosotras hemos rellenado un bote pequeño para 1 o 2 aplicaciones y lo demás lo hemos congelado para usarlo cuando se acabe, porque al no llevar conservantes el preparado se estropearía en pocos días. De esta manera, unas horas antes de lavarnos el pelo sacamos un cubito congelado de la preparación, dejamos que se derrita, lo metemos en el bote y listo para utilizar.
Nota: si no consigues encontrar los sobres infusores de papel podrías hacer la infusión de la planta directamente disuelta en el agua caliente (con una concentración de la planta del 5%) y dejarla reposar tapada (junto con los demás ingredientes). Al día siguiente se colaría el líquido con un filtro de café (estos si son muy fáciles de conseguir) y lista para utilizar.
La loción al ser ácida hace que el cabello quede muy suave porque cierra las cutículas (que normalmente se abren por la alta temperatura del agua), haciéndolo más sedoso al tacto. Por otra parte, el pH ácido del líquido provoca que la henna libere su pigmento y pueda teñir de forma más intensa.