Vestir, comer, divertirnos y vivir de una forma más sostenible no es algo que se consiga de la noche a la mañana. Es solo el principio de un camino lleno de dudas, aprendizajes y sorpresas. Un camino sin final, más allá de la utópica meta de la 100% coherencia, pero que, sin duda, vale la pena recorrer.
Hoy vamos a conocer el que llevó a Noelia Montero, fundadora y directora creativa de Miu Sutin a apostar por la moda sostenible creando una marca de moda ética, femenina, atemporal, original, de edición limitada y hecha para durar. Un proyecto ecológico y social fabricado 100% en Barcelona.
Después de muchos años trabajando en un gigante de la moda rápida, Noelia tuvo la oportunidad de conocer muy bien la verdad de la industria más contaminante del planeta. Se encontró con que nadie era consciente ni se preocupaba por las condiciones en que se fabricaban las prendas, ni la marca ni los consumidores finales. A todos les quedaba muy lejos. Pero ella tenía que verlo en su día a día. A pesar de que los talleres que visitaba eran la “cara bonita” de la industria, los que estaban preparados para “enseñar”, esa cara bonita le pareció insostenible.
Fueron dos historias las que la marcaron más profundamente y las que ya no le permitirían nunca más seguir mirando hacia otro lado.
La primera es la historia de una camiseta con un dibujo de lentejuelas muy bonito. Puede que te la hayas encontrado en una tienda a 12 euros, el acabado era impecable. Una ganga, vamos. Noelia fue la encargada de negociar ese precio. Fue una negociación difícil pero lo consiguió.
Después, ya en el momento de la celebración, el fabricante la llevó a la sala donde se fabricaba esa camiseta. Le explicó que se hacía a mano, cosiendo una a una cada una de las lentejuelas, y que el tiempo medio de elaboración era de 6 horas. Se quedó devastada. Sabía que la marca que representaba se llevaba una buena ganancia con la venta de la camiseta pero, ¿qué se quedaba para las trabajadoras que la confeccionaban? ¿Y quién se preocupaba por sus condiciones laborales?
La segunda es la historia de un tejano desgastado que se vendía por 20 euros. Un día una asociación le preguntó a la empresa si podían asegurarle que el pantalón no había sido fabricado mediante la técnica de sandblasting, prohibida por riesgo para los trabajadores desde 1966. La empresa comenzó una búsqueda desesperada en la que se encontró con la total opacidad de sus proveedores deslocalizados. Al final, tuvieron que llevarlo a un laboratorio en España para que certificara que dicha técnica no había sido utilizada en sus pantalones.
Por suerte, el espíritu emprendedor de Noelia venció al pesimismo. Con la firme determinación de cambiar desde dentro la industria de la moda, lanzó su marca Miu Sutin, un proyecto mucho más pequeño pero muchísimo más ambicioso: conseguir una industria de la moda sostenible, ética, ecológica, respetuosa con todos los seres vivos del planeta y con diseños preciosos y atemporales.
Noelia vive y trabaja en Barcelona, donde es madre de tres niños. Le encanta leer, nadar, viajar, el chocolate negro y redescubrir el mundo a través de los ojos de los niños, sus hijos.
Dice que su mayor satisfacción es poder trabajar siendo libre de tomar sus propias decisiones. Sabe que ha elegido un camino complicado, sin embargo disfruta conociendo y trabajando en un entorno colaborativo con personas que comparten sus valores, siendo parte de una gran comunidad que trabaja día a día para que la moda sostenible sea una realidad.
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