Hoy es el Día Mundial Sin Carne, un evento internacional que pretende concienciar a las personas sobre llevar una dieta sin productos de origen animal. Conocida en inglés como Meat Out Day, esta campaña tiene el objetivo de exponer los beneficios de los vegetales, promover alternativas a la carne y a los lácteos, y ayudar a las personas a conocer mejor este estilo de vida libre de crueldad.
Es una gran ocasión para preguntarse qué pasaría si aquellos que vivimos en el primer mundo, con tantas oportunidades y opciones delante de nuestras narices, optáramos por una hamburguesa de soja en vez de una de ternera a la hora de comer.
¿Qué pasaría si dejáramos de comer carne ahora mismo?
Recientemente le hice esta pregunta a una amiga, y exclamó algo molesta que habría una clara sobrepoblación de vacas. La verdad es que los animales de granja son criados (literalmente creados a partir de la inseminación artificial) con el único propósito de servir al consumo humano. Así pues, cuanta más gente deje de consumir productos animales, menos animales serían criados para el consumo.
En el difícil y utópico caso de que el mundo entero adoptara una dieta vegana (algo que, incluso dentro de este caso hipotético, ocurriría de manera gradual a lo largo de los años), los animales de granja dejarían de ser inseminados y criados, por lo que el número de especies no sería ningún problema.
Lo que sí ocurriría, sería que habría más espacio físico para nuestra propia población humana.
Habría más espacio físico
En un espacio en el que podrían alimentarse 10 vegetarianos o veganos, solamente podrían alimentarse 2 personas omnívoras. Y es que la cantidad de recursos, incluidos los geográficos, que requiere la ganadería es mucho más alta que la de la agricultura. Se necesitan espacios enormes para criar cantidades masivas de gallinas, cerdos y vacas, además de grandes cultivos para generar comida para alimentarles. Si comiésemos directamente aquellos productos generados de la agricultura, reduciríamos todo el espacio que necesitan los animales.
EXTRA: Un estudio danés afirma que si nos hiciéramos vegetarianos, liberaríamos unos 2.7 billones de hectáreasque se usan actualmente para ganado, además de 100 millones de hectáreas usadas para cultivos exclusivos para animales.
Reduciríamos significativamente la hambruna mundial
Como acabo de decir, los animales de granja son consumidores de enormes terrenos de cultivos… Cultivos que son exclusivos para ellos. Y la verdad es que aquí hay un problema que está afectando a muchísima gente en otros países:
Si tenemos 16 kg de cereales, podemos alimentar a 20 personas. También podemos usar esos cereales para alimentar una vaca. Si elegimos la segunda opción, esa cantidad dará lo suficiente como para producir 1kg de ternera, que daría para alimentar a unas dos personas.
Así pues, 18 personas se quedarían sin comer. Y es así como funcionamos ahora mismo. El propio Bill Gates hace referencia a este sistema como algo ilógico. Los animales que comemos consumen más comida que las 1.3 billones de personas que se van a dormir cada noche con el estómago vacío. Y en el 2050, todos los animales que comamos consumirán tanta comida como 4 billones de personas. Toda esa comida sería mucho más efectiva en los estómagos de los 16.000 niños que mueren cada día por causas relacionadas con el hambre.
Salvaríamos a billones de animales
Todos aquellos animales que han sido criados con el mero propósito de ser asesinados o explotados para nuestro consumo quedarían libres de sufrir este destino. Desgraciadamente no es solo el final que les depara, sino toda una existencia de sufrimiento. En la gran mayoría de granjas industriales, los animales se encuentran en condiciones terribles, limitados a espacios que apenas les permiten moverse, sin apenas ver la luz del sol, separados de sus familias, sufriendo mutilaciones, deformidades, y ataques de estrés o ansiedad, con falta de higiene y atención médica… Muchos animales no sentirán nunca el calor del sol en la piel, o el aire fresco en su rostro. Eligiendo la opción de no comerles, dejas de contribuir a todo este sistema.
La resistencia antibiótica se reduciría
Al consumir menos productos de origen animal, dejaríamos de alimentarnos de aquellos medicamentos que les han sido administrados a los animales de granja. Y es que mantener a miles de vacas y cerdos en condiciones lamentables tiene su precio.
Diversos centros americanos de Prevención y Control de Enfermedades afirman que la gran mayoría de los antibióticos administrados a animales son innecesarios e inapropiados, y reducen la seguridad de las personas.
Los chicos del blog Nasua me decían el otro día que las regulaciones de medicamentos son bastante más serias en la Unión Europea que en América, pero al igual que pasa con la política, es inevitable ver escándalos de vez en cuando por personas o empresas que no hacen las cosas como deberían. Ocurra donde ocurra, y bajo la regulación que sea, la salud de los animales es cuestionable, y eso tiene un impacto directo en las personas.
Habría menos obesidad
Hemos llegado a un punto en que la obesidad literalmente mata a cientos de personas. En Gran Bretaña es algo tan serio que la NHS afirma que, si no se controla adecuadamente, las tasas de obesidad colapsarían el servicio de salud. Y es que productos como la carne, los lácteos, o los huevos contienen un alto nivel en colesterol y grasas saturadas, algo que aumenta, además del peso, el riesgo de sufrir ataques del corazón, diabetes, y varios tipos de cáncer.
Que sí, que sí, que también hay vegetarianos y veganos con sobrepeso. ¡También hay personas omnívoras tremendamente delgadas! Pero en general, los veganos solo cuentan con una décima parte de probabilidades de tener obesidad respecto con aquellos que comen carne.
Si dejásemos de consumir carne hoy, antes que sufrir una invasión de vacas, posiblemente haríamos de este mundo un lugar más compasivo, sostenible, y saludable. Y oye, hoy es un buen día para plantearse el impacto de nuestras comidas.