suele decir que el equinoccio y el solsticio son oportunidades para
observar tanto el medio en el que nos encontramos como nuestra
relación con la naturaleza.
El
equinoccio de primavera marca
el fin del invierno y para muchos, según sus creencias, aprovechan la
llegada de éste fenómeno para llamar a la vida, a la abundancia o el amor. Otros
buscan salud o simplemente protección.
Los creyentes realizan esas
acciones para pedir a los “dioses” energía positiva y
salud.
Hoy quiero compartir contigo un sencillo ritual, que han compartido los compañeros de la web harmonia.la, que suelo seguir y leer a menudo.
Para limpiar tu casa de malas energías y recibir la primavera completamente renovadas, lleva a cabo este ritual purificador:
Necesitas:
Una campana, pandereta, o cualquier instrumento musical que tengas en casa
Un incienso, preferiblemente de sándalo
Una vela
Semillas y frutas
Pasos:
Inicia el ritual haciendo sonar tu instrumento por toda tu casa.
Enciende la vela en el centro de la casa y coloca las semillas y las frutas a su alrededor
Toma el incienso en tu mano y haz el mismo recorrido que con el instrumento.
Termina con la siguiente oración:
Que nuestra Madre Tierra Naturaleza llene de amor nuestros corazones y de luz nuestro entendimiento, que proteja lo sagrado de nuestro hogar y nos permita habitar en paz.
Al finalizar, apaga la vela. Puedes guardar las semillas en un pequeño saco de tela del color que prefieras y llevarlas contigo como un amuleto durante toda la estación.
Recuerda que éstos ciclos naturales que siempre han tenido en cuenta las diferentes culturas ancestrales, es un excelente momento para reconectar con nuestros propios tiempos, contactar con nosotros mismos, permitirnos explorar nuestras propias luces y sombras, honrar nuestro propio equinoccio, que no sólo se complementan, sino que son parte de nosotros mismos.