Si leíste A la tercera va la vencida sabrás que dejé las pastillas anticonceptivas en agosto del año pasado. Quería hacer un update a los 6 meses para contarles más sobre el proceso pero se me fueron dos meses más, en parte porque la vida y el mundo están yendo muy deprisa y también porque estaba esperando tener más información para compartir contigo. Tengo 8 MESES sin tomar las pastillas anticonceptivas y aunque pensaba compartir con ustedes una lista extensa del status de mi acné y qué estaba haciendo para combatirlo (ese era el plan en mi cabeza) este post es bastante diferente a lo que me había imaginado.
Como te cuento aquí, dejé de tomar la píldora en dos oportunidades en 2005 y 2011, ambas por alrededor de un año y los resultados habían sido catastróficos, me aterraba el hecho de pensar en dejarlas… pero en el fondo sabía que era hora de tomar la decisión. Había vivido los mismos síntomas dos veces, así que ¿por qué habría de ser diferente esta vez, no? Para mi sorpresa, esta vez lo fue y aquí les cuento cinco teorías y mis conclusiones:
Teoría #1 El proceso está tomando más tiempo
Esta idea la tenía en mi cabeza los primeros meses…mientras esperaba los cambios en mi piel para los que estaba “preparada”. Así pasó el primer mes, el segundo, el tercero…y a partir del sexto meses descarte esta teoría porque efectivamente han habido cambios/síntomas/consecuencias pero estos han sido sutiles, muchos inclusive temporales. Después del sexto mes, me puse a realmente analizar qué estaba haciendo diferente esta vez.
Teoría #2 El proceso de desintoxicación
Esta es otra idea que tenía presente, el proceso de desintoxicación era diferente esta vez y por ende, una transición MÁS sutil y MENOS drástica. Este escenario podría ser posible —y esta conclusión es puro sentido común y mi propia experiencia, no soy profesional en la materia—pero tomé Diane-35 por 5 años (desde la tercera vez que las volví a tomar) y puede que ya lo sepas pero es una de las pastillas más fuertes, prohibida en muchos países incluyendo Inglaterra. Así que al mudarme a Londres, tuve que cambiar a otra pastilla y es posible que por esta razón el desbalance hormonal no haya sido tan drástico como las veces anteriores. Es probable que al tener la nueva pastilla una dosis más “suave” mis hormonas se hayan ido ajustando regularmente a la dosis más baja y el cambio no fue radical.
Teoría #3 Productos naturales
Durante una década he probado miles de productos en todas sus formas, colores y olores para combatir el acné y nunca había estado tan FELIZ como ahora. El 99% de los productos para tratar el acné son bastante abrasivos, contienen ácidos y químicos que resecan y debilitan la piel. Es importante mencionar —y si sufres de acné hormonal lo sabes mejor que yo— que ningún tratamiento tópico curará el problema. La única solución para sanar este tipo de acné viene desde el interior, pero podemos ayudar consintiendo nuestra piel con ingredientes naturales libres de químicos y conservantes.
La información está a la mano de todos, y debemos hacer uso de ella para hacer elecciones más conscientes. Te recomiendo Good Guide, EWG y Think Dirty para revisar los productos que utilizas o aquellos en los que quieres invertir para que las campañas de marketing y publicidad no nublen tu decisión.
En agosto 2016, cuando dejé la píldora mi rutina facial era completamente natural, en el maquillaje aún estaba en proceso de transición, había ciertos productos que preferí terminar porque los tenía y había pagado por ellos. Hace 3 meses terminé todo el maquillaje y opté por productos 100% natural y orgánicos libre de químicos y parabenos.
Teoría #4 Tu mejor aliado para combatir el ácne
Si has gastado —o invertido— interminables horas en internet buscando las mil y una formas de combatir el acné como yo, habrás leído este consejo anteriormente, y déjame decirte que creo estaban en lo cierto. Desde septiembre 2015 hago ejercicio regularmente, las mejores semanas unas 4 veces por semana y las no tan buenas unas 2 o 3 veces. El ejercicio aumenta el flujo de sangre y oxígeno a las células de la piel; cuando hacemos ejercicio, sudamos y de esta forma expulsamos las toxinas a través de los poros abiertos de la piel con más facilidad. Además, al hacer ejercicio reducimos el estrés, siendo este una de las causas principales del acné.
Teoría #5 El verdadero protagonista
Mi alimentación ha cambiado mucho, no es para nada parecida a la que tenía en 2005 y 2011. Algunos cambios fueron intencionales otros no; y no me cabe la menor duda que todo aquello que ingerimos juega un papel muy importante en nuestro cuerpo. Y no hablo de comparar comida chatarra v. vegetales o tomar refrescos v. agua, hablo de saber realmente qué alimentos son mejores para ti y cuales te van a ayudar a limpiar y nutrir tu cuerpo de adentro hacia afuera.
Esta teoría puede ser un poco controversial, por eso les hablo desde MI experiencia. Soy fiel a la teoría que las carnes y los lácteos son mi enemigo #1 en esta lucha. No soy vegetariana pero mi consumo de carne se ha reducido en un 60-70%. En principio no fue intencional, no me gusta la carne en Inglaterra, o era el sabor, o era la dureza, o era el precio (ja!) y poco a poco fui consumiendo MENOS carne y cada vez MÁS granos y vegetales.
Meses antes de dejar la píldora, invertí unas buenas horas —otra vez— investigando en Internet y en esa búsqueda conseguí una gran cantidad de artículos que relacionaban el consumo de lácteos con el acné hormonal. La mayoría de la leche proviene de vacas embarazadas y muchas veces se les administran hormonas de crecimiento bovino para acelerar su desarrollo. Esas hormonas hace que las vacas aumenten dramáticamente la producción de leche, y aumenta la velocidad del crecimiento muscular. Inclusive si no sufres de intolerancia a la lactosa pueden ser duros en tu sistema digestivo.
Mientras más investigaba, más leía comentarios y opiniones de personas que vieron mejoras en su acné cuando eliminaron por completo los productos lácteos. Así que un día decidí hacer una prueba, al fin de cuentas no tenía nada que perder y todo que GANAR. El único sacrificado fue mi café con leche por la mañana, que sustituí por leche de soya o almendras y en ese periodo de prueba dejé de tomar leche para siempre.
En el tema de la carne hay aún menos estudios, creo por el poder que tiene esta industria en casi todo el mundo, si quieren saber más les recomiendo ver el documental Cowspiracy pero no hay que ser un ingeniero nuclear para saber que al igual que en la leche, la gran mayoría de estos animales son inyectados con hormonas para acelerar su rápido crecimiento y desarrollo, y son hormonas que terminan ingresando en nuestro cuerpo y causando un desbalance mayor. Sin tocar todo el tema de trato animal, sustentabilidad y medio ambiente que ya es material suficiente para otro post. Así que en la medida de lo posible trato de evitar o buscar otras alternativas vegetarianas y he notado mejoras en mi digestión, mayores niveles de energía, un poco más de dinero en mi cuenta bancaria y por supuesto mejorar en mi piel.
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Sé con total seguridad que la teoría #3, #4 y #5 han jugado un papel importante en esta transición porque son cosas nuevas que implementé recientemente en mi vida y ahora forman parte de mis hábitos y rutina. Dejaron de ser un período de prueba o sacrificio para convertirse en las herramientas fundamentales para combatir el acné. Partiendo de esta base, hay campo suficiente para seguir mejorando cada una de estas teorías y poco a poco les iré compartiendo más información y mis experiencias.
Espero que este post sirva de ayuda a todas las personas que como yo, alguna vez han buscado apoyo y aliento en Internet y en las experiencias de otras personas. Que sea el impulso necesario para quienes quieren dejar las pastillas y retomar el control completo de su cuerpo y mente. Te invito a dejar en los comentarios cualquier duda o comentario que quieras compartir.