Las semillas se han convertido en un básico en mi despensa, una dieta sana tiene que ser variada, incluir nuevos ingredientes y jugar con ellos es bueno para nuestro cuerpo y nuestra mente, rompiendo la monotonía y haciendo del comer un placer.
He investigado un poco sobre los beneficios y curiosidades de las semillas que más utilizo.
La Chía o Salvia hispánica, es una planta herbácea, originaria de México. Sus propiedades son tantas que dice la leyenda que los guerreros aztecas podían aguantar todo el día comiendo únicamente una cucharada de semillas de chía. La semilla de chía posee un alto contenido en ácidos grasos omega 3 y proteínas de origen vegetal, son una excelente fuente de fibra, hierro, magnesio, calcio y fósforo. La chía nos ayuda a sentirnos saciados más rápido debido a que absorben 10 veces su peso en agua. Una curiosidad: esta semilla actúa como un gelificante natural espesando fácilmente cualquier líquido.
El lino o linaza es una planta herbácea cuyo tallo se utiliza para confeccionar la tela del mismo nombre. Originaria de las regiones de los ríos Nilo, Éufrates y Tigris. Sus componentes principales: ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, además de fibra soluble. Sus propiedades son similares a las de la chía, siendo un gran aliado para las dietas de adelgazamiento.
El sésamo o ajonjolí, es originario de la India y África, desde donde llegó a América transportada por los esclavos. Contiene grandes dosis de proteínas, grasas poliinsaturadas y calcio, aporta además hierro, zinc y fibra. Estimula la digestión, aumenta la inmunidad natural y es un estupendo reconstituyente. Las mujeres de la antigua Babilonia comían halva, una mezcla de miel y semillas de sésamo, para prolongar su juventud y belleza.
Hay muchas formas de incluirlas en nuestra dieta, yo las añado en los yogures, ensaladas y como topping en las cremas de verduras. No esperes más y comienza a disfrutar de los beneficios de las semillas.
Y tú, ¿comes semillas?
¡Sígueme! Twitter Instagram Pinterest