¿Cómo es posible que para hacer una botella de agua de un litro gastemos otros 4?, ¿en qué momento nuestros flamantes ingenieron industriales perdieron la razón y comenzaron a dejarse seducir por los economistas y comenzaron a diseñar basura?, tanta tanta basura, ¿no sentirán en las noches remordiemiento por fabricar tantas tonterías inservibles?, ¿sabrán siquiera las consecuencias de sus diseños inútiles?, ¿tan ciegos somos?, ¿No podemos diseñar filtros y programas de captación ciudadana de agua, fraccionamientos con ecotecnias, botellas irrompibles para llenar de agua en fuentes oficiales de agua potables instaladas por toda la ciudad y la red carretera?, ¿no sería eso más sencillo?. Tal parece ser que no.
Me preguntaba entonces porque valoramos tanto algunos alimentos sobre otros, vaya que la burra no era arisca como decimos en México, la han hecho arisca y si el campo donde ahora vivo es un mar de caña entre sierras tropicales no es más que por la demanda de una población sedienta de azúcar.
Es que las soluciones yo las veo tan obvias que me doy de topes, o quizás este muy equivocada, pero definitivamente no concibo la idea de tumbar la vegetación para poner un cañaveral que año con año requerirá toneladas de agua y agroquímicos y que al final del ciclo desprenderá dióxido de carbono cuando se queme.
Pocas son las plantas a las que somos verdaderamente adictos: trigo, máiz, arróz, soya, avena, azúcar, café, cebada, tabaco...Un día sin ninguna de estas plantas sería un caos para muchas personas, pero ¿porqué?, ¿porqué hemos cambiado tanto nuestra dieta hasta ponernos enfermos y obesos?. en México solamente existen más de 4000 plantas con potencial alimenticio y medicinal, entre quelites, hierbas, frutas, semillas y raíces, si bien el maíz es la base, tampoco tenemos que alimentarnos todos los días de maíz, ni tomar todos los días café o chocolate.
El caso de la caña me suena terrible porque es un cultivo depredador, requiere cambiar totalmente el ecosistema, sin contar que requiere muchísima agua y agroquímicos, un cañaveral sin asistencia de riego y orgánica dará buenos rendimientos a lo sumo cuatro años antes de tener que cambiar la vocación de la tierra, un cañaveral con agroquímicos y sistemas de riego dará hasta 10 años de buenas cosechas.
Me imagino que en podríamos transformar sendas hectáreas de cañaverales de los valles huastecos del sur de Tamaulipas, norte de Veracruz e Hidalgo y oriente de San Luis Potosí por sistemas agro-forestales, por ejemplo frutales como papayas, guayabas, mangos, cocos, guamuchiles, palmas de coyol y palmito, tamarindos, mameyes, zapotes, chicozapotes, liches, ciruelo criollo y demás plantas adaptadas a la región, en donde el suelo estuviera protegido por ellos y además se pudiera pastorear ganado, en donde no hubiera necesidad de tener agroquímicos y las mismas heces del ganado abonaran la tierra, con muchísimos nichos ecológicos en la copa, el tronco y las raíces de los árboles, algo imposible en los monótonos mares de caña, serían inmensos bosques comestibles acompañados también de productos maderables, que si bien no son ecosistemas naturales, sí serían sistemas agro forestales diversificados que ofrecen una mayor diversidad al paisaje huasteco.
La primera gran ventaja sería la tranformación radical de ecosistema a algo más diversificado. Tendríamos protección del suelo, diversificación de nichos para la biodiversidad, diversificación de productos y energía, por ejemplo si un día una plaga atacara la caña, no habría grandes pérdidas por variedad de plantas, por el amplio mosaico de productos, ya sean alimenticios como fruta, forrajes como ciertos árboles, medicinales como muchísimas herbáceas,
La segunda gran ventaja está la reducción del uso de agroquímicos y la exigencia de agua que en casos extremos ha llegado a secar cascadas como la de Tamul en San Luis Potosí, además que también reduciría enormemente las emisiones de gases de efecto invernadero por la quema de la caña en la llamada "zafra" y por los procesos que se llevan a cabo en los ingenios, ayudando así a combatir el calentamiento global. No es casualidad que ahora llueva menos que antes en la Huasteca, pues la selva ha sido cambiada por caña.
La tercera gran ventaja sería la repartición del trabajo. La caña es un trabajo muy árduo; sembrarla, cortarla, quemarla, transportarla, procesarla... no así el trabajo en los sistemas agro-forestales como la ganadería, la recolección de plantas medicinales, el cuidado de especies menores, la recolección de leña, la obtención de madera y otros saberes que mujeres, niños y personas de edad realizan a pequeña escala en sus solares, además mucho de éste producto se puede transformar, como la madera en muebles, en artesanías, en enseres y utensilios, los productos animales también como quesos, mantequilla, huevo fresco, carne orgánica, carne salada o cecina, la fruta también a mermeladas, deshidratada, en bebidas, incluyendo así a más personas de más edades que las que pueden trabajar en el ingenio.
Finalmente la cuarta gran inversión de cambiar el cañaveral por los sistemas agro-forestales sería en nuestra salud, si hay tantos cañaverales es porque la población promedio consume monstruosas cantidades de azúcar cada día y si nos ponemos a reflexionar, todos, absolutamente todos conocemos a alguna persona con diabetes, hasta niños, ¿es realmente necesario comer tanta azúcar?
Éstas tres razones poderosas son por las que yo veo tan inconcebibles estos océanos de caña en la Huasteca, afortunadamente, todo se puede cambiar a sistemas agro-forestales y estamos a tiempo.