A los 17, un concurso de talentos de la revista Vogue llamó su atención, y escribir la historia de su vida la llevó a sentarse junto a la directora de la revista en Londres. Con 20 años, la directora era ella. Le siguieron Milán y Madrid, y por fin, París.
Con 23 años estaba en la meca de la moda, rodeada de diseñadores, modelos, y, como ella lo cuenta “un pisazo en París con ropa de infarto, un novio guapísimo, un trabajo que me chiflaba, todos los privilegios sociales…“.
La casualidad hizo que se encontrara con Sabrina, una niña magrebí que vivía maltratada por sus familiares, y con la que trabó la relación que daría un vuelco a su vida. Acabó adoptando a Sabrina, y, como terapia, viajaron juntas a Ghana.
Las condiciones de los niños y los orfanatos la conmovieron tanto, que se vio reconocida en ellos: si nadie la hubiera acogido a ella en su momento, o si ella no hubiera adoptado a Sabrina ¿Qué habría sido de ellas?
Lleva allí desde entonces. Se deshizo de todas sus pertenencias en Europa y se mudó a una choza.
Habiendo visto lo que ocurría, fundó OAfrica. Pero lo que empezó siendo una casa de acogida, es ahora una red que destapa el gran timo de los orfanatos en África.
En Ghana, el 90% de los niños que están en orfanatos, tienen al menos 1 familiar vivo. Esto quiere decir, que las familias muchas veces prefieren dejar a sus hijos en orfanatos y no hacerse cargo de su manutención. Pero el peligro se encuentran en el negocio que se ha generado en torno a esto: depredadores que utilizan a los niños para obtener donaciones que se quedan ellos mismos, maltratos, abusos…
Junto al Gobierno Ghanés, con el que colabora estrechamente, Lisa ha conseguido cerrar 88 falsos orfanatos. Se dedica a reunir a los niños con sus familias y a conseguir que tengan una educación sin tener que separarles del núcleo familiar.
Por otro lado, forman trabajadores sociales, siempre de origen Ghanés, que se dedican a auditar los orfanatos existentes. De este modo la actividad laboral revierte en la propia comunidad, creando además un entorno más seguro para los niños.
En 2013, unos mercenarios atacaron su casa con orden de violarla y asesinarla. El hombre que iba a ejecutar la acción, le preguntó, antes de llevarla a cabo: “¿Quién eres? ¿Qué haces, que me piden que te mate?” Cuando Lisa le contó lo que hacía, el hombre respondía que si cuando él era pequeño hubiese existido alguien como ella, ahora no mataría a gente.
No la mató. En cambio, acaba de publicar un libro con su historia, “Mañana quien sabe” y lo firmo con su verdadero nombre, a pesar de que en Ghana se ha ganado ya el nombre de Mamá Lisa.