Lo bueno es conseguir refrescar la casa y ahorrar energía a la vez. Y es posible, te lo demuestro en estos 10 tips:
1. Persianas bajadas y puertas bajadas
Varios estudios afirman que el 30% del calor que entra en casa es a través de estos puntos, así que manteniéndolos bajo control, conseguiremos que bajen los grados de la casa, o al menos que no suban. Baja las persianas si da el sol directamente y no dudes en dejar la casa o varias zonas en penumbra.
Si tienes balcón cerrado como es mi caso, ya sabrás que en verano se suele convertir en un pequeño invernadero. Ideal para plantar lechugas y tomates, pero un invernadero. Baraja la posibilidad de poner un toldo o cortinas opacas y verás qué cambio.
Cierra las puertas y ventanas (con persiana bajada) de las habitaciones que no uses en las horas de máximo calor, y cuando refresque, ábrelas para que el aire circule por toda la casa.
2. La limpieza y la organización de la casa es fundamental
Friega los suelos con agua fría, sobre todo si tienes baldosas.
Retira las alfombras y cambia la ropa de cama por una ligera y de fibras naturales como el algodón, y sustituye las almohadas viscoelásticas por unas de fibras que transpiren mejor.
Si tu casa tiene dos alturas, recuerda que la planta inferior estará siempre más fresca.
3. Las plantas también ayudan a refrescar el ambiente
Tanto las exteriores (tipo enredadera) que pueden estar en la fachada, como las del interior. Renuevan y refrescan el ambiente, no dudes en consultar cuáles son las más adecuadas en tu floristería.
4. Refréscate
Tomando bebidas frescas y mojándote las muñecas y la nuca cada vez que te sientas acalorado. Las bolsas de agua caliente y las almohadas se semilla, no sólo sirven para dar calor. Si las metes al congelador, te pueden servir para refrescarte.
5. Las bombillas incandescentes tradicionales consumen muchísima energía
Esto se debe en parte al calor que producen. Cambia tus bombillas si no lo has hecho aún por otras más ecológicas y fresquitas.
6. Vigila las comidas
Que sean frescas y adecuadas a las altas temperaturas. No se te ocurra cocinar nada al horno, ni encender la cocina en horas de máximo calor. Nada de comidas pesadas ni con alimentos calientes. Mejor ensaladas fresquitas y mucha agua.
7. Los aislantes
Recuerda que los aislantes en paredes, puertas y ventanas no sólo nos protegen del frío, sino que también del calor. Si tienes previsto hacer obras en casa, tenlo en cuenta.
8. Los aparatos que enchufamos dan calor
Todos: la tele, ordenador etc así que ya sabes, intenta no usarlos a menos que sea indispensable. Aprovecha las horas de menos calor para poner lavadoras y lavavajillas. Olvídate de la secadora y del secador de pelo, y seca la y el pelo al aire. No vuelvas a planchar, ni a poner el horno hasta que llegue el otoño.
9. Usa ropa fresca
Ropa de tejidos finos y naturales y a ser posible de colores claros. No olvides jamás las gafas de sol y lleva sombrero para proteger tu cabeza de los rayos solares.
10. Las duchas
Si te duchas con agua fría te refrescarás menos que si lo haces con agua templada. Baja la temperatura del agua caliente y ahorrarás un montón de energía.
Truco final
Si has probado todos los consejos, y sigues pasando muchísimo calor, prueba este truco con un ventilador. Llena un cuenco o una fuente de hielo y colócalo frente a la corriente de aire de un ventilador.
El aire saldrá fresco fresco y mucho más sano y económico que el aire acondicionado.
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