Y es que para que un producto sea sostenible tendríamos que decir que su producción debe poder mantenerse por un largo período de tiempo, sin agotar recursos, sin comprometer el bienestar de otros y sin dañar el medio ambiente.
Además de eso, me parece que tienen que ser seguros, brindar un trato justo (hacia personas y animales), brindar salarios adecuados y condiciones de trabajo apropiadas. También me parece vital el promover y mejorar la economía local, especialmente en pequeñas comunidades.
Ya con ese concepto en mente podemos hablar de forma más específica y entender qué características hacen que un alimento sea o no, sostenible.
Para que un alimento sea sostenible, debería de cumplir con 5 aspectos básicos:
1. Ecológicamente responsable: esto ayuda a cuidar nuestro planeta ya que los productores de alimentos sostenibles no utilizan productos tóxicos como pesticidas, fertilizantes o semillas GMO (genéticamente modificadas); todo esto es dañino para nuestra salud y la salud del planeta. Al usar métodos naturales, se promueve y se protege la biodiversidad y el futuro de nuestros ecosistemas.
También hay que tomar en cuenta el agua, sin ella no hay vida y dependiendo del alimento, se necesita más o menos agua para ser producida.
En el caso de las granjas de animales, son alimentados con productos más naturales y tienden a dar un mejor trato a los animales.
2. De comercio justo y accesible: contribuyen con el crecimiento de economías locales, lo que a su vez ayuda a promover sueldos justos y condiciones de trabajo adecuadas y seguras. Se evita la explotación de trabajadores y contemplan precios justos y accesibles.
3. Sin desperdicios: en este punto podríamos englobar las pérdidas de alimentos durante su producción y residuos generados. Un producto sostenible, en general necesita menos recursos para su producción, así que un alimento que viene sobre-empacado en envoltorios de un solo uso, que requiere muchos recursos y energía para ser producido y que al final, aumenta la pila de residuos, no podría considerarse un producto sostenible.
Comprar y consumir productos que vienen directamente de la naturaleza es muy beneficios porque la naturaleza es sabia, muchas frutas y verduras ya vienen diseñadas con su propio empaque natural, 100% compostable.
Es cierto que el empaque es a veces necesario para ayudar a conservar el producto, pero el comprar alimentos locales y de temporada ayuda a que podamos prescindir de él.
4. Local: la proximidad también juega un papel muy importante, y es que cuando un producto es local puede ser cosechado más tarde, permitiéndole así madurar de forma natural. Todo esto significa no solo que podemos consumir productos más frescos y de temporada, sino con mayor valor nutritivo.
Si el alimento tiene que viajar medio mundo antes de llegar a ti, no es sostenible. Del trasporte se deriva una gran presión que ponemos sobre el planeta: aumento de la huella de carbono (emisiones de CO2).
5. Saludable: este tipo de alimentos son más seguros tanto para el consumidor final como para los trabajadores. Además, es cada vez más sabido que las frutas, verduras y legumbres orgánicas son más nutritivos que otros alimentos y eso se debe a que los métodos de cultivo permiten una mejor absorción de nutrientes. Este punto lo explicaron con bastante énfasis durante unas charlas de las Jornadas de la Verdura acá en Calahorra.
Así que yo creo que consumir alimentos de fuentes sostenibles no solo nos permite llevar un estilo de vida más respetuoso con el medio ambiente, sino también más saludable y éticamente correcto.
Y entonces ¿qué alimentos son más sostenibles?
Los alimentos de temporada, orgánicos y de proximidad kilómetro cero. También dando preferencia a llevar una alimentación mayormente rica en frutas, verduras y legumbres. Existen muchas fuentes saludables de proteína más allá de la proteína animal y que son más sostenibles (y libres de crueldad animal).
La cría de animales para consumo humano es una de las grandes devastadoras del planeta, y eso se debe a que la mayor parte de la siembra de cereales se destina a alimentar ganado, mientras que miles de personas mueren de hambre ¡qué ironía! ¿no? Producir un kilo de carne requiere 15.400 litros de agua, más toda la contaminación generada por la industria ganadera, los procesos industriales, el transporte y eso sin tomar en cuenta que la carne está ligada a múltiples enfermedades, principalmente el cáncer.
Para bien o para mal, ya me extendí un poco más de lo que quería (en el tema de la carne), bien podría dedicar varias entradas a escribir solo de eso (y ¡ya lo haré!), pero esto es un avance para que si no lo sabías, te hagas una idea del impacto tan grande que genera y la diferencia que puede haber entre cada cosa que comemos, tanto a nivel ambiental como para tú salud.
¿Dónde puedo encontrar alimentos sostenibles?
Yo diría que mayormente en fruterías, mercadillos, tiendas locales y cooperativas de tu localidad, o también puedes ir directamente al productor (a su huerta) o tener tu propio huerto urbano. Lo importante siempre, es preguntar e informarte sobre la procedencia de tus alimentos y productos en general.
Incluso, si se te dificulta conseguir productos sostenibles, yo te animo a que alces tu voz… no te imaginas el poder qué tú, como consumidor puedes tener, por eso es importante que con tu dinero apoyes un comercio justo y de consumo responsable. Paga no solo por el producto que te llevas a casa, sino por esas iniciativas sostenibles que vale la pena mantener y multiplicar.
Cuéntame, ¿consumes alimentos sostenibles? ¡te espero en los comentarios!
La foto de las mazorcas las saqué de aquí (imagen by Aaron Burden)