Sin embargo, este auge del vivir con menos ha traído consigo una oleada de minimalismo mal entendido. Una tendencia que, según mi opinión, tiene el peligro de ser tan potente como pasajera, con el riesgo de que su mensaje cale tan hondo que los principios básicos de este modo de vida queden relegados a un segundo plano.
Estoy hablando de un minimalismo estético que busca tener menos simplemente por tener menos, o por conseguir una casa ordenada o porque todo queda mucho más bonito con menos posesiones. Ojo, no niego que éstas últimas son sólo un ejemplo de tantas buenas consecuencias de llevar una existencia minimalista, pero no deberían ser la causa última para defender esta filosofía de vida.
Y como me parece que el minimalismo no debería ser una moda del momento sino otra manera válida de cambiar las cosas, he decidido escribir esta pequeña lista nombrando las diferencias más importantes entre ambos. Porque creo que puede ser útil, pero sobre todo porque me gustaría que la visión del minimalismo que prevalezca sea la más positiva para las personas que quieren vivir con menos y para la sociedad en su conjunto.
MINIMALISMO CON CONCIENCIA VS. MINIMALISMO MAL ENTENDIDO
El minimalismo con conciencia busca crear un cambio en nuestro estilo de vida, pero también un cambio social al negarse al consumismo que a la vez genera tantos problemas sociales y medioambientales en nuestro planeta.
El minimalismo mal entendido consume esta filosofía de vida como una tendencia más.
El minimalismo con conciencia piensa en el ciclo de vida de cada objeto antes de deshacerse de él, así como en las múltiples opciones de reutilización con el objetivo de evitar un impacto en el planeta.
El minimalismo mal entendido piensa en tirar lo que ya no sirve o no nos gusta sin pararse a pensar en las consecuencias de este acto en nuestro entorno.
El minimalismo con conciencia asume la responsabilidad como consumidor cuando es necesario obtener algo nuevo.
El minimalismo mal entendido no piensa en las condiciones en las que un artículo ha sido creado antes de comprarlo.
El minimalismo con conciencia prefiere reutilizar antes que adquirir.
El minimalismo mal entendido prefiere reemplazar y desechar antes que reutilizar.
El minimalismo con conciencia busca vivir con menos para vivir mejor.
El minimalismo mal entendido busca lo mismo, pero al no modificar su visión sobre el consumismo, raramente lo consigue.
Quizá estás de acuerdo con estas afirmaciones, o crees que le faltan matices, o por el contrario tienes una visión totalmente diferente de la vida minimalista. Sea cual sea tu opinión, me encantaría leerla. ¿Me la cuentas en comentarios?
P.D. Y tú ¿qué piensas del minimalismo con conciencia?
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