¿REALMENTE LO NECESITO? EL MEJOR ANTÍDOTO PARA LAS COMPRAS POR IMPULSO
Nuestra relación con los productos que nos llevamos de las estanterías es más compleja de lo que parece. Sobre todo, cuando compramos por impulso. En estos casos, nuestro consumo se define por acciones poco meditadas y guiadas por deseos inmediatos y necesidades creadas, sumados al poder que el poseer ese objeto tiene en nuestra autoimagen.
Y es aquí, en el momento anterior a la compra impulsiva, cuando la pregunta ¿realmente lo necesito? nos puede ahorrar no sólo varios euros, sino un objeto inútil más que añadir a nuestra lista de posesiones y un futuro desperdicio para el planeta.
Pero supongamos, que, incluso sabiendo que un producto no es de imperiosa necesidad, acabamos comprándolo. ¿Qué hacemos si finalmente llega a nuestra casa y no lo utilizamos?
¿REALMENTE LO NECESITO? EN EL MOMENTO DEL USO
Tendemos a pensar en el ¿realmente lo necesito? sólo en el momento previo a la compra, cuando su papel va mucho más allá. Cuando nos encontramos con ese objeto que tenemos en casa pero que no utilizamos, podemos volver a rescatar el ¿realmente lo necesito?. Sólo que añadiéndole unas variables extra: ¿realmente lo necesito ahora? ¿realmente lo necesito para esta función?
Y es que quizá ahora no lo necesites, pero en un futuro cercano (ojo, cercano. No a 30 años vista) lo eches de menos. O resulta que te has dado cuenta de que realmente no lo necesitas para lo que está pensado, pero le puedes dar otro uso que realmente te sirva de utilidad.
CUANDO HAS COMPRADO ALGO Y REALMENTE YA NO LO NECESITAS
Una vez que nos hemos dado cuenta de que ya no necesitamos algo ¿qué podemos hacer para ponerle solución y minimizar su impacto en el medio ambiente? ¡Pues estas tres cosas!
Si está en perfecto estado y alguien conocido lo puede aprovechar ¡por Tutatis que lo aproveche!
Si está en perfecto estado y nadie de tu entorno lo quiere, encuentra un sitio para donarlo (ropa, calzado y juguetes a ONGs, libros a bibliotecas, etc…) o venderlo.
Si está estropeado o roto, encuentra el lugar adecuado para depositarlo (contenedor de reciclaje o punto limpio). No olvides que ese objeto lo has comprado tú, con lo cuál tú tienes la responsabilidad de asegurar que ese desecho acaba en el lugar que le corresponde.
¿REALMENTE LO NECESITO? COMO PREGUNTA RECURRENTE PARA UNA VIDA RESPONSABLE
Y es que en realidad, la pregunta ¿realmente lo necesito? es aplicable a todas nuestras posesiones (y si nos ponemos un poco más profundos, también a muchas de nuestras acciones). Así que te animo a utilizarla más para que evites contribuir al desperdicio de recursos y para que tengas más tiempo y dinero para invertirlo en lo que realmente te hace feliz. Todo un win-win ¿verdad?
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P.D. Y tú ¿te preguntas a menudo si realmente necesitas los objetos que estás a punto de comprar o que ya posees?
Foto de portada: rawpixel en Unsplash
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