En medio de críticas sobre problemas de la ciudad para acoger los Juegos Olímpicos de 2016, Río de Janeiro, ha estado recibiendo a cientos de miles de personas para los primeros Juegos de Verano albergados en el Suramérica. Los atletas de todo el mundo han estado entrenando y participando en las pruebas olímpicas para ser premiados con las preseas y diplomas olímpicos. Este año, por primera vez en la historia, el Comité Olímpico Internacional nombró 10 atletas de refugiados - de Siria, Sudán del Sur, Etiopía y la República Democrática del Congo - que compiten como atletas olímpicos del llamado “Equipo de Refugiados”.
El año pasado, las Naciones Unidas estimó que había más de 21 millones de refugiados repartidos por todo el mundo, un nivel no visto desde la Segunda Guerra Mundial. A medida que se acercaban los Juegos Olímpicos de 2016, el Presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach vio una oportunidad para centrar la atención mundial en la crisis, y para dar a algunos de los atletas en medio de esta enorme población sin estado la oportunidad de competir en el escenario mundial. El COI seleccionó un grupo de 10 atletas de refugiados del sur de Sudán, Siria, Congo y Etiopía para competir por el Equipo Olímpico de Refugiados recién formado. Durante la ceremonia de apertura, el equipo marcho en el estadio llevando la bandera olímpica.