Algunas de las escuelas públicas en Jordania imparten educación a niños/as refugiados sirios e iraquíes por las tardes durante 4 horas, una vez finalizado el horario escolar de los niños/as jordanos que tiene lugar por las mañanas. Pero hay muy pocas plazas, por lo que la mayoría de niños/as refugiados que habitan en asentamientos urbanos no pueden acudir a la escuela pública, y sus familias no disponen de recursos económicos para que puedan ser escolarizados en escuelas privadas.
Como la mayoría de niños/as refugiados, Caterin no disponía de certificación escolar para acreditar su grado de educación y tuvo que hacer el examen exigido por el Ministerio de Educación de Jordania con el patrocinio de la Embajada de Irak, el cual aprobó con un 92,14%. Muchos de los niños refugiados que realizan dicho examen no logran la calificación necesaria para acceder al grado que les correspondería si tuvieran el certificado escolar de su país de origen, es por ello que muchos de los niños/as refugiados que asisten a la escuela están en grados inferiores al que les correspondería.
Caterin es una excelente estudiante, actualmente está en séptimo curso y ha aprobado el primer examen semestral con un 97,1%.
Ser refugiado equivale a perder raíces y derechos
Según estimaciones de UNICEF, más de la mitad de los niños/as, adolescentes sirios en edad escolar refugiados en Jordania no asisten a la escuela, dando lugar también a un alto índice de trabajo infantil. Su educación se ha interrumpido o nunca ha empezado ya que muchos niños cuando llegaron a Jordania ya habían faltado durante 18 meses a la escuela en Siria por ser ésta un lugar regularmente objetivo de ataques.
La población más vulnerable, niños/niñas y mujeres refugiados, en muchos casos, no pueden acceder a la atención primaria de salud gratuita, saturada por la creciente demanda, restringida por las autoridades o inaccesible por falta de recursos económicos. Los refugiados necesitan atención médica tanto para problemas comunes como para los relacionados con el conflicto.
Ayúdanos a atender a los niños y niñas refugiados con heridas y traumas de guerra, Ayúdales a caminar.
Imágen: Caterin, sentada en primer término, junto con sus nuevas compañeras de clase.