Este año, la cosa fué un poco-bastante mas allá.
Un grupo de profesionales de naturaleza diversa, pero con un único nexo de unión, la preocupación por la salud de los más pequeños me propuso participar en un proyecto piloto que llevará la salud a las aulas desde una visión muy global.
El proyecto, que enfoca la actual problemática de comportamiento y/o conducta que rodea la vida de muchos niñ@s y que se sufre actualmente en las aulas, engloba la alimentación, el movimiento, la música, la conexión con el mundo natural, y la parte que a mi me toca, reducir los tóxicos ambientales a los que los niños están expuestos tanto en el aula como en sus entornos familiares.
Este proyecto saludable pretende:
Dotar de conocimientos a los profesores con una formación en salud de forma global, que puedan implementar de forma fácil en su vidas y que se transmitirán de forma natural en su grupo de alumnos.
Capacitar a los docentes para que sepan reconocer en el aula una posible patología de un niño, reconducir la situación y en la mayoría de los casos solucionar el problema en el aula.
Aportar herramientas prácticas para trabajar en clase hábitos de vida saludables a todos los niveles desde la infancia, que quedarán integrados de por vida y se traducirán en adultos sanos y felices.
Los tóxicos y los niños
La OMS viene alertando desde hace tiempo, su preocupación por el incremento vertiginoso de las enfermedades infantiles en los últimos años tales como obesidad, trastornos del aprendizaje, asma, diabetes, pubertad precoz, cáncer infantil…etc, etc.que se ven favorecidas cuando no desencadenadas por la influencia del entorno, con la exposición diaria a diversos productos químicos sintéticos que resultan tóxicos una vez entran en nuestro sistema.
¿Por qué nos preocupan los niños?
Los niños presentan unas características peculiares que los hacen especialmente vulnerables:
Su sistema inmaduro en plena formación y constante transformación, los convierte en seres extremadamente frágiles.
Son más sensibles a los tóxicos y presentan menor capacidad de eliminación debido a sus órganos inmaduros.
Mayor exposición que un adulto; en proporción comen y beben mas, respiran mas, tocan y se llevan las manos a la boca…
Por todo esto hay un riesgo claro de una exposición a tóxicos que favorecen la aparición de ciertas enfermedades.
¿Por qué decidimos llevarlo a las escuelas?
Pensamos en la EDUCACIÓN como herramienta para:
Sensibilizar e informar para poder reconocer todos aquellos factores que merman nuestra salud, a la par que hacemos de las aulas espacios sanos.
Incorporar hábitos saludables en “esos locos bajitos” que les acompañen el resto de sus vidas, que protejan su salud y la de la madre tierra.
Familias sanas & familias felices
Además de las escuelas, se realizarán diversas charlas destinadas a familias con soluciones prácticas y sencillas para aprender a reconocer y así reducir la cantidad de tóxicos a los que día a día estamos expuestos.
Aquí tienes más información sobre este proyecto
créditos: unsplash
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