Poder ayudar a progresar a unas personas a las que no conocemos personalemente y que viven a miles de kilómetros de nosotros, es una suerte.
Poder disfrutar de una vida en este primer mundo (¿?) con tantas oportunidades, es una suerte.
Que personas como Cristina Saavedra y Aidén Calvo pongan tanta energía y tanta vida para hacer que nuestra aportación se convierta en hechos en Bodouakro, es una suerte.
Que cada día los medios vayan dando más visibilidad a esta aventura, es una suerte.
Contar con el apoyo de Globl Huanitaria para llevar a cabo esta tarea, es una suerte
Porque sí, este mes Cris ha estado otra vez allí en persona, en Costa de Marfil, en Bodouakro. Ha comprobado in situ cómo va la cosa. Y lo ha contado magistralmente en este artículo de El País.
Y porque también en El País se han hecho eco de los problemas de aquellos niños en este reportaje fotográfico de Manu Brabo.
Y porque se van vendiendo (aunque falta la tuya) pulseras solidarias de dicisietecosas y todo suma.
Pues eso, que estoy contento. Y más si te unes. Porque no te vas a arrepentir. Y ellos van a alucinar aún más con el cambio que está dando su vida.