Muchos pensarán que la esclavitud es un problema que pertenece al pasado, y que ha sido abolido a través de los tratados internacionales modernos. Sin embargo, siguen existiendo muchas formas de esclavitud moderna, como es el caso de la trata de personas.
La trata de personas explota de manera clandestina a seres humanos. Engaños y promesas falsas que finalmente acaban en la esclavitud del siglo XXI captan a miles de personas supuestamente a cambio de una vida mejor. Hombres mujeres y niños que se ven privados de su libertad y su dignidad. Es un problema de dimensiones más grandes de lo que pensamos, y un delito deplorable que viola los derechos humanos. Aunque la forma más conocida de trata de personas es la explotación sexual, también se explota a personas bajo coacción para trabajos forzosos, servidumbre doméstica, tráfico de órganos, o mendicidad.
La realidad es que la esclavitud moderna se ha convertido en una actividad ilícita muy lucrativa. Según los datos recogidos por la ONU, se estima que da unas ganancias anuales de más de 3.000 millones de dólares. Y estas ganancias se generan alrededor de todo el mundo. La trata de personas afecta prácticamente a todos los países, ya sea como punto de origen, tránsito o destino, y se ha informado de que en 137 Estados se ha explotado a víctimas de por lo menos 127 países. La trata de personas es un delito de carácter tanto regional como internacional, ya que las víctimas son objeto de trata dentro de su propio país, hacia países vecinos e incluso de un continente a otro. Y aunque no lo veamos cerca, en España la trata también existe. De hecho, es uno de los principales países de destino de la trata de mujeres con fines de explotación sexual
La ONU calcula que cada año al menos 21 millones de personas caen en las manos de las redes de trata de seres humanos, con dos grupos especialmente vulnerables: las mujeres y los niños. Del total de víctimas se calcula el 30% son niños y niñas, y este porcentaje es mucho mayor en África Subsahariana y Centroamérica, donde se alcanza el 64%, y el Caribe, con el 62% de niños de las víctimas de trata identificadas.
La mayoría son privados de su libertad para explotación sexual, trabajos domésticos y labores relacionadas con el crimen organizado. Muchas organizaciones aseguran que la dimensión del problema es mucho mayor de lo que se ha podido contabilizar, ya que son situaciones complejas de detectar. En el caso de los niños y niñas raramente son identificados como víctimas de trata. Además, muy pocos denuncian, por miedo a los tratantes, por falta de información y por el miedo no poder sobrevivir si son liberados sin recursos.
En 2013 el día 30 de julio se declaró Día Mundial contra la Trata de Personas, y sirve para concienciar y visibilizar este problema, que viola los derechos más básicos de adultos y niños alrededor de todo el mundo. Por ello, aprovechemos el día para informarnos, y visibilizar el problema, porque la trata de personas y la esclavitud moderna nos afecta a todos y todas, y siempre se ceba con los más indefensos y vulnerables.
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