Para empezar a plantar cosas, más que guiarnos por lo calendarios lunares u otro tipo de calendario, hemos decidido guiarnos por el sentido común y cuando hemos visto que los vecinos de mayor edad empezaban a preparar la tierra y a poner plantas sobre ella, hemos seguido sus pasos.
A pesar de elegir las mismas cosas y de las mismas variedades, nuestro sistema es algo diferente:
En primer lugar lo hemos hecho sobre bancales de unos 25 centímetros de madera y la distribución es por convinación de cultivos. En vez de destinar un bancal a cada cosa, hemos dicidido aprovechar el espacio al máximo y juntar especies que no se molesan y convinan a la perfección. En primer lugar las cebollas con las lechugas. Como las lechugas crecen de hojas y las cebollas de bulbos, las hemos puesto juntas porque no se entorpecen y entre ellas, también pondremos los tomates, porque al tener porte herguido, tampoco va a interferir en el crecimiento ni desarrollo de ninguna de ellas. Es lo que Toni de la huertina de Toni denomina la convinación de bancal ensalada.
A esta plantación hemos añadido Tajetes, que además de traer a las especies de insectos polinizadores, también harán de repelentes ante algunas plagas.
Como todavía nos quedan días de frío y sobre todo en esta zona de heladas, hemos decidido proteger durante una temporada las lechugas con invernaderos individuales, hechos con botellas de plástico, que demás de protegerlas de las heladas, las ayuda a mantener la humedad y la temperatura y protege del ataque de caracoles y babosas.
Finalmente y con una perfecta orientación sur y en jardineras colgadas, hemos puesto una plantas de fresas, que completaremos con alguna planta más un poco más adelante.
Poco a poco iré removiendo la tierra para dejarla más suelta, porque es bastante arcillosa y además de la tierra vegetal de nuestra finca, hemos añadido a los bancales, algo de turba y abono natural, ambas cosas compradas en sacos.
A ver si poco a poco vamos viendo si lo hemos hecho bien o mal. El tiempo lo dirá.